Acompañados: vivir plenamente cada instante

Ni en la vida, ni en la fe, parece lo más maduro vivir aplazando lo mejor de todo lo que acontece.  Cuando llegue ese momento… ese momento es ahora y en ese momento acontecen la vida y también Dios que se afirma en ella.  Lo contrario es vivir atrapados.  Bien enfocado, el presente “confinamiento” nos lleva al equilibrio que libera de vivir lastrados por el pasado y/o angustiados por el futuro, perdiendo entre las manos lo mejor de nosotros mismos, de los otros y de Dios.  Sólo es necesario vivir plenamente conscientes, conscientes de cada detalle, por ínfimo que nos parezca, alma y cuerpo unidos en la percepción agradecida de todo lo que nos rodea, dejando que de todo nazca esa fuente inagotable de conocimiento y de fe.

Una lección importante del “parón” por el coronavirus, sería la reducción de las preocupaciones cotidianas, el estrés, la impulsividad, el temor al otro y los prejuicios que tantos quebraderos de cabeza dan a las personas, hasta la paciencia, que es la ciencia-de-la-paz. “No estéis, pues, preocupados por el día de mañana, porque mañana ya habrá tiempo de preocuparse. A cada día le basta con sus propios afanes.” ( Mt 6, 24-34)

Padre Roberto