Carta a un amigo (Rvdo. D. José Bande de Castro)

Querido Pepe:

Ha transcurrido un año de tu ausencia en la tierra. Para mí como si fuese ayer. Continuamos siendo amigos (tú en el cielo y yo en la tierra, pero amigos) y esto me da pie a que te recuerde algunos asuntos terrenos. Vale?

Tú y yo nos conocimos en la década de los setenta (quizá en 1974-75) al ser ambos delegados de Vocaciones de Santiago y Mondoñedo – Ferrol, respectivamente, y hemos colaborado en esta misión hasta la década de los 80 (1983-1984) pero unidos en la amistad más profunda hasta hoy. ¡cómo pasa el tiempo!

En las tareas de pastoral vocacional hemos colaborado tan unidos como para poder decir ( se dieron casos) que uno comenzaba una charla y el otro la continuaba sin ningún tipo de problema lógico o teológica. Hasta ahí llegaba nuestra compenetración. ¡qué bien lo percibían y valoraban los chavales y los no tan chavales! Recuerdas?

Tú has sido el “Gran Delegado de Vocaciones de especial consagración de Galicia”. Esto lo debe saber y conocer todos los obispos de la comunidad. Has sido y debes seguir siendo un ejemplo, un referente, de cómo se trabaja en el campo de las vocaciones. Te voy a mencionar y recordar algunas cuestiones:

-El local de trabajo de la delegación, frio, húmedo, oscuro… (hoy diríamos inhumano), nos reuníamos todos los delegados de las diócesis de Galicia una o dos veces al mes en sesión de mañana y tarde y ¡con qué sacrificio!, hasta alcanzar acuerdos y actuaciones concretas. A la próxima reunión, cada uno tenía que traer sus trabajos hechos para su revisión en común. Tú , Pepe, estabas allí esperando la llegada de cada uno, sereno ,acogedor ,sonriente…. Nos informabas de las últimas noticias de la Nacional. Y daba comienzo la reunión no exenta de enfrentamientos teóricos, teológicos y prácticos. Después de mucho debate y cuando parecía que aquello no tenía salida, aparecía tu opinión equilibrada y sensata que daba salida al enfrentamiento. Y todos amigos

-En cuanto al reconocimiento de nuestros trabajos y planteamientos de pastoral vocacional, es un punto y aparte digno de mención. Para unos la pastoral vocacional se reduciría a la pastoral juvenil; para otros teníamos que conseguir llenar los seminarios; otros que cada uno trabajase por su cuenta en su Diócesis, en su congregación, etc. El enemigo estaba en casa ¿lo sigue estando?. Nuestros planteamientos fueron abriendo camino y reconocidos por muchos (Obispos, Sacerdotes y Familias Religiosas).

-Nuestros planteamientos eran claros: trabajar por las vocaciones para la Iglesia, pero trabajar, sin distinción de familias, congregaciones, carismas, etc. Esta llamada debía llegar a todos. Para ello se promovían en las distintas diócesis y lugares actividades destinadas a los preadolescentes, adolescentes, jóvenes y adultos. Después del planteamiento de que Dios nos llama a ser personas responsables y adultas, venía el planteamiento de que Dios también nos llama a ser cristianos y dentro de este llamamiento aparecían los distintos estados para el seguimiento del Señor… Todos llamados, pero unos eran llamados de un modo especial y para un seguimiento especial (vocaciones de especial consagración). La pregunta clave dirigida a todos y cada uno ¿ qué quiere y espera Dios de ti?.

-Actividades clave y más profundas: los grupos MAS, encuentros de MAR ADENTRO, PASCUA VOCACIONAL, MARCHA DE LA ALEGRÍA (estas dos últimas iniciadas en Mondoñedo y asumidas para toda Galicia), actividades realizadas con jóvenes de Galicia en las que el planteamiento vocacional era más profundo.

-Se ha conseguido, contigo, que las dos grandes campañas vocacionales “Dia del Seminario” y “Jornada mundial de Oración por las Vacaciones, fueran organizadas desde Galicia y para la Iglesia gallega. La elaboración y distribución de materiales era cosa nuestra, cosecha propia. Las actividades para esa campañas como jornadas de oración, charlas informativas, encuentros… era cosa nuestra tanto a nivel Diócesis como a nivel autónomo .

-Los grandes colaboradores eran , de una forma callada, los monasterios de clausura en los que se organizaban jornadas de oración antes de cualquier actividad y sacerdotes diocesanos y familias de religiosas/as que colaboraban en todas las actividades .Estos colaboradores salían del cursillo de formación de agentes de pastoral vocacional que anualmente se organizaba en la Casa de ejercicios de Santiago partiendo de un principio fundamental: la pastoral vocacional no es cosa de uno, es cosa de toda la Iglesia pero con preparación y orientación..

Desde tu nueva situación ¿cómo ves todos estos planteamientos?. Yo te adelanto mi opinión: si no siembras, si no trabajas, no esperes recoger.

Antes de despedirme quiero AGRADECER TU AMISTAD Y TUS MUCHAS APORTACIONES A LA PASTORAL VOCACIONAL.

Un abrazo y hasta pronto

Juan Rodríguez Calvo
Ex_delegado de Vocaciones
Mondoñedo-Ferrol