¡Cómo no amarte, María!     

Cómo no amarte, María, si por tu nuestro Amado Señor pudo hacerse Hombre y habitar entre nosotros. Cómo no amarte, María, si por tu nuestro Amado Señor nos mostró el rostro del Padre y nos abrió el Corazón de Dios. Cómo no amarte, María, si por tu nuestro Amado Señor se entregó libremente a la cruz por nuestra salvación. Enséñanos a decir como tú, María, porque no siempre dejamos que Cristo se haga Carne en nuestra carne. Enséñanos a decir como tú, María, porque muchas veces olvidamos levantar la mirada para encontrar el rostro de Dios en nuestra vida diaria y en los hermanos. Enséñanos a decir como tú, María, porque no siempre nos abrimos al regalo de la salvación y nos mantenemos en nuestro hombre viejo. Cómo no amarte, Madre, cómo no amarte si nos regalas llamarte Madre…

Alfareros  –  Cómo no amarte (con colaboración de Ester Hernández)   https://youtu.be/vQecEe0Mudc

Elena Fernández Andrés  

www.facebook.com/elenaclara.fernandez  www.instagram.com/nomadasdelespiritu  https://twitter.com/poverellacm

 

Os compartíamos el pasado Domingo el testimonio de una familia misionera. El hijo pequeño preguntaba a su madre: Pero… Dios sigue siendo Dios,  ¿no?

Hoy nos llega la historia de la Familia Gómez Carmena:

Pilar Carmena acaba de perder a su marido, Guillermo Gómez. Se casaron hace más de 23 años y juntos tuvieron 5 hijos y formaron una hermosa familia. Hoy, a los 50 años de edad, el Coronavirus se ha llevado a Guillermo. La vida les separa físicamente pero ellos están más unidos que nunca.

Guillermo estaba en la UCI del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Los médicos indicaron a su esposa que ya no podía quedarse con él, que tenía que irse a casa. Poco tiempo después la llamaron para que regresara al hospital a despedirse de su marido porque su estado era muy delicado. Pilar llegó al hospital con un sacerdote para que pueda recibir el sacramento de la Unción de los Enfermos y se despidió de él. Esa misma tarde se enteraron que la prueba de Coronavirus era positiva y desde entonces, se quedó con sus hijos haciendo ya la cuarentena en casa mientras Guillermo pasaba sus últimas horas en el hospital.

Pilar cuenta que durante todo ese tiempo lo más duro ha sido no poder ir a verle, estar con él y hablarle. Estaba aislado y no dejaban entrar a nadie. Todo el hospital, y sobre todo la UCI, tenía enfermos con Coronavirus y nadie podía entrar. Mientras, en casa, Pilar ha vivido ese dolor con un corazón enorme. “Es muy duro pero a mí me está sosteniendo Cristo. Sentir que Él está conmigo en la cruz y yo con Él, y que nos acompañamos, y saber que Guillermo está en sus manos, es lo que me da fuerzas”. Pilar y sus hijos se volcaron en la oración y encontraron consuelo: “Rezamos cada día el Rosario y estamos haciendo una  novena a San José que hemos terminado y recomenzado. También pedimos por todos los que están en situaciones similares”. Pilar dice: Ha pasado al Cielo, con Jesús. Me fío de Dios que me da fuerza y paz”.

Tener a Dios nos da la vida y nos ayuda a vivir este sufrimiento “con menos desesperación”, como dice Pilar, una mujer que sabe que el amor no conoce límites y que es importante agarrarse a la Cruz, especialmente en momentos como estos. En ellos, Dios sigue siendo Dios. Desde nuestra Fe, purificada y puesta a prueba por esta pandemia, proclamamos unidos: ¡Sí, Dios sigue siendo Dios en nuestras vidas!

Montse y Javier · Comunidade Caná