Contemplación del Camino de la Cruz Tercera. Estación: Jesús cae por primera vez

Texto profético

“Mi alma está pegada al polvo: reanímame con tus palabras” (Sal 118, 25).

Texto evangélico

“Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre, si es posible pase de mí esta copa, pero que no se haga como yo quiero, sino como quieres Tú».” (Mateo 26,39)

Textos patrístico

“Nuestro Dios y Salvador realizó su plan de salvar el hombre levantándolo de su caída y haciendo que pasara del estado de alejamiento, al que le había llevado su desobediencia, al estado de familiaridad con Dios. Éste fue el motivo de la venida de Cristo en la carne, de sus ejemplos de vida evangélica, de sus sufrimientos, de su cruz, de su sepultura y de su resurrección: que el hombre, una vez salvado, recobrara, por la imitación de Cristo, su antigua condición de hijo adoptivo” (San Basilio Magno).

Texto místico:

“Veía que, aunque era Dios, que era hombre, que no se espanta de las flaquezas de los hombres, que entiende nuestra miserable compostura, sujeta a muchas caídas por el primer pecado que Él había venido a reparar.” (Santa Teresa de Jesús, Vida 37, 5).

Consideración:

  • Jesús, si eres poderoso, si todo se ha hecho por tu Palabra, ¿por qué estás en el suelo derrumbado, sin fuerzas?
  • “Mi fuerza y mi poder es el Señor, Él es mi salvación”.

Del hombre es la prepotencia, el afán protagonista en busca de éxito;  signo de divinidad es la confianza, el abandono en manos de la Providencia. El que todo lo puede se hace esclavo de todos.

Ángel Moreno Buenafuente