El director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo (A Pobra do Caramiñal, 1963), ofrece hoy miércoles, día 8, una conferencia en la Cámara de Comercio de Santiago de Compostela (calle San Pedro de Mezonzo, 44) a las 20:00 horas, que será presentada por el presidente cameral Jesús Asorey.
Bajo el título “Conservando la Catedral: obras y mecenas”, Daniel Lorenzo hablará del estado actual de las obras. Sobre el Pórtico de la Gloria y el completo conjunto denominado peineta –compuesto por peineta, castelletes, terraza y escaleras– y la cripta del Obradoiro, concreta que los plazos están definidos y, “a día de hoy no parece que hayan de sufrir modificaciones”. Asegura que la finalización de los trabajos de restauración del Pórtico, financiados íntegramente por la Fundación Barrié, tiene como referencia temporal los meses de octubre y noviembre de este año, En cuanto a la peineta, afirma que debería estar rematada entre los meses de abril y mayo de 2018. “Según el cronograma de trabajo el momento final de las obras será en julio de 2020” –concluye–.
Volviendo la vista atrás, Daniel Lorenzo recuerda que la Catedral ya vivió “importantes e incisivas” intervenciones bajo la dirección de Chamoso Lamas y Pons- Sorolla, que afectaron a prácticamente todos los ámbitos del templo, al igual que otras intervenciones dirigidas por Baltar y su equipo.
Daniel Lorenzo explica que la actual restauración se sustenta sobre una reflexión y conocimiento previos que permite establecer criterios, principios, prioridades y modelos de intervención que orientan los trabajos, le dan unidad y un soporte teórico para evitar riesgos y afrontar en profundidad las soluciones más adecuadas a las patologías detectadas. “La campaña de restauración y rehabilitación que estamos acometiendo es cualitativa y cuantitativamente la más importante de las realizadas hasta la fecha” –afirma–.
“La sociedad civil ha de comprometerse en la promoción de la cultura en todas sus manifestaciones”
En relación a la campaña de mecenazgo de la Catedral, Lorenzo confiesa que no ha funcionado. “Desde el primer momento fuimos conscientes que nuestra campaña se inicia en plena crisis económica y con una legislación que en absoluto favorece el mecenazgo privado. En todo caso consideramos que debemos seguir insistiendo en esta tarea que lo es también, y en primer lugar, de concienciación.
La sociedad civil ha de comprometerse en la promoción de la cultura en todas sus manifestaciones. Pretender que cultura y poder político formen un tándem inseparable supone el riesgo que la primera termine por convertirse en un mero apéndice del segundo” –indica–.
En este punto, Daniel Lorenzo apunta que estas obras se realizan gracias al mecenazgo ejercido por las distintas Administraciones Públicas – Xunta de Galicia, Consorcio de Santiago, Turismo de Galicia y los Ministerios de Fomento y Hacienda–, con la excepción de la colaboración de la Fundación Barrié y otras de menor entidad
Meta de la peregrinación jacobea
Ante la posibilidad de cobrar entrada al templo, Daniel Lorenzo considera que la Catedral no es una iglesia o monumento más, sino que se trata de la meta de la peregrinación jacobea. “No puedo imaginar decepción mayor que llegar al umbral que se ha soñado traspasar y encontrarlo cerrado” –manifiesta–. Pero al ser un espacio limitado y no excesivamente amplio, Lorenzo indica que las naves de la basílica exigen un riguroso control del aforo, tanto para garantizar la seguridad de las personas como la integridad del patrimonio.
La experiencia del peregrino y la función simbólica de la Catedral
Más allá del evidente significado religioso, Daniel Lorenzo describe la Catedral como el punto final de una experiencia que debe contribuir a la transformación del peregrino. “El poder transformador de la belleza, que se experimenta plenamente no solo en el momento de enfrentarse al templo construido sino que acompaña al peregrino en todo su viaje, es esencial para entender y poner en valor la función simbólica de la Catedral” –señala–
Texto extraido de documentos de trabajo de la Casa de la Fábrica: “La experiencia del peregrino –más allá o junto con la explícitamente religiosa- consiste en ser afectado por la armonía de la creación –por la oscilación del clima, de las horas, de los paisajes… y de la creación humana –ciudades, elementos simbólicos, monumentos…- que hace ahondar en las raíces de la persona”.
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