El hijo de María, portador del espíritu

Hoy, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen, la 1ª lectura de la Misa está tomada del libro del Génesis. Cuando el hombre quebrantó el mandato de Dios, el Señor anuncia la redención, pues un representante de la mujer y de las fuerzas del bien, quebrantará la cabeza del tentador. Así, en este 2º Domingo de Adviento, en lugar del descendiente de David que anunciaba Isaías, se manifiesta que las fuerzas del bien vencerían, al llegar al mundo el descendiente de aquella mujer, e hijo de María, que es Jesús, el salvador del hombre.

En la 2ª lectura, tomada del 2º Domingo de Adviento, San Pablo les dice a los Romanos que se han cumplido las Escrituras Sagradas, para que, entre la paciencia y el consuelo de esas Escrituras, mantengamos la esperanza. Les manda ser sembradores de paz, para gloria de Dios. Así atraerán hacia Cristo a los gentiles, y se cumplirá la Escritura, que dice: ‘Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre”.

El Evangelio de la solemnidad de la Inmaculada, es el relato de la Anunciación del Arcángel San Gabriel a la Virgen María. La invoca como llena de la gracia del Señor, le dice que Dios está con ella y que es la bendita entre todas las mujeres. El fruto que de ella nazca, al cubrirla con su sombra el Espíritu Santo, será bendito: Jesús, el Hijo de Dios, Salvador del hombre.

José Fernández Lago