El otro claustro: San Pelayo. El trabajo

Si hay artesanos en el monasterio, que trabajen en su oficio con toda humildad, si el abad se lo permite […]. Si hay que vender las obras de estos artesanos, procuren no cometer fraude aquellos que hayan de hacer la venta […]. Al fijar los precios no se infiltre el vicio de la avaricia, […] «para que en todo sea Dios glorificado».

(REGLA de san BENITO capítulo LVII: De los artesanos del monasterio, 1. 4. 7. 9)

Si es posible, el monasterio ha de construirse en un lugar que tenga todo lo necesario, es decir, agua, molino, huerto y los diversos oficios que se ejercitarán dentro de su recinto, para que los monjes no tengan necesidad de andar por fuera, pues en modo alguno les conviene a sus almas.

(REGLA de san BENITO capítulo LXVI: Los porteros del monasterio, 6-7)

9:30-13:00: trabajo.

¿Qué trabajo? Cualquiera, pues el monje no se define por una actividad concreta. Sólo se nos pide que, a ser posible, se haga en el recinto del monasterio. Y así, hay monjes y monjas hospederos, maestros, informáticos, bibliotecarios, enfermeros, hortelanos, reposteros, músicos, teólogos… Lo único que importa, y mucho, es que se haga como ofrenda a Dios y a los hermanos, y sin avaricia ni fraude. Colaboramos con el Dios creador.

¿Cómo vivís el trabajo? Si lo vivís con esta conciencia de colaboración con el Dios Amor para construir un mundo mejor, el gusto por él será mayor.