El profesor Durán diserta sobre la espiritualidad cristiana hoy

  • Todos en la Iglesia estamos llamados a la santidad.
  • No podemos vivir en una ética minimalista ni en una religiosidad mediocre.

El decano de la Facultad de Geografía e Historia de la USC, Francisco Durán, pronunció esta noche la tercera conferencia del curso de actualización teológico-pastoral organizado por el Instituto Teológico Compostelano sobre la exhortación del papa Francisco Gaudete et exsultate.

En su conferencia el profesor Durán hizo continuas referencias a los documentos del concilio Vaticano II, en especial a la Lumen Gentium. Otra constante de su ponencia fue la idea de que todos estamos llamados a la santidad, “una vocación que es signo del amor del Padre, que quiere que compartamos su santidad”. Esa vocación a la santidad significa vivir la caridad. Afirmó el conferenciante que “la santidad es vivir en unión con Cristo los misterios de la vida. Es también una característica de la Iglesia. La santidad es el rostro más bello de la Iglesia”, aunque en ella se dé también el pecado. En este sentido recordó al papa Benedicto XVI, que defendía la santidad de la Iglesia a pesar de las imperfecciones de sus miembros. Siguiendo esta línea argumental, afirmó que “la Iglesia ofrece un marco para la santidad ya que el cristiano no está solo, sino que vive en comunidad”.

Esta llamada a la santidad obliga al creyente, al discípulo de Cristo, “a no excusarse en las dificultades. La llamada a la santidad concierne a todos los bautizados y todos tenemos la obligación de ponerla en juego y proponerla con decisión. No podemos vivir en una ética minimalista ni en una religiosidad mediocre. Estamos llamados a ser perfectos como Dios es perfecto”, aseguró.

A continuación, el profesor Durán repasó experiencias concretas de santidad en España surgidas en los comienzos del s. XX. En concreto, repasó las figuras de Ángel Ayala y Ángel Herrera Oria, fundadores de la Asociación Católica de Propagandistas, Pedro Poveda y su continuadora Josefa Segovia, en la Institución Teresiana, y san José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

En su exposición, destacó la conexión que hay entre la espiritualidad cristiana y la interioridad, y la distinguió del interiorismo, “que aísla de los demás. El cristiano está llamado a la apertura hacia los demás”. El conferenciante cree que en nuestra sociedad hay “sed de Dios, o al menos de interioridad”. Algo que demuestran las numerosas espiritualidades laicas, que niegan toda trascendencia. Son movimientos muy individualistas y “espiritualistas” aunque tienen puntos en común con la espiritualidad cristiana. Así, los humanismos ateos surgidos desde Feuerbach “generan valores como la lucha contra la pobreza, el ecologismo… Son movimientos próximos al cristianismo, pero muy lejos de cualquier relación con la Iglesia”.

El profesor Durán también hizo un recorrido histórico por las tradiciones espirituales, que se fueron adaptando a lo largo de la Historia a los condicionantes de cada época. Desde la primera Iglesia, que ponían el acento en la comunidad, hasta las reformas del monacato y las órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos) en la Edad Media, o las fundaciones del siglo XX. Terminó su conferencia el profesor Durán recordando que los cristianos “seguimos a un Dios que asumió la condición humana”. El cristianismo “es una forma de vida basada en la esperanza, que abre horizontes y que está guiada por el dinamismo del amor”.

El ciclo de conferencias sobre la Gaudete et exsultate se cerrará el martes 4 de diciembre. El profesor del ITC y canciller de la archidiócesis, Elisardo Temperán, disertará sobre “El Pórtico de la Gloria: horizonte de santidad”.