El termómetro de la solidaridad

Lo más preocupante de la pandemia del COVID-19 son, sin duda, sus consecuencias sanitarias, que están siendo muy graves. El número de contagiados por COVID-19 no para de crecer. Y tenemos que pedir especialmente por las víctimas, por aquellos que la sufren en carne propia, sus familias y aquellos que la combaten (personal sanitario, servicios esenciales, investigadores, etc…)

La iglesia de la Parroquia de Carballo y Cáritas ha estado al lado de los más necesitados y en especial con los más afectados desde el inicio de esta pandemia. Entre ellos, pequeños autónomos y asalariados de diferentes sectores de servicios, de los más golpeados por esta crisis .

Pero además, la Parroquia quiere ser un sitio seguro. Y por este motivo está extremando desde siempre las medidas para evitar los contagios: grupos superreducidos de catequesis, distancia en las celebraciones manteniendo el aforo máximo permitido, uso continuo de gel, etc. Pero ahora ha dado un paso más.

Uno de los primeros síntomas que pueden revelar que alguien está contagiado de coronavirus es la temperatura corporal. Por eso, se ha convertido en una de las primeras medidas para detectar nuevos contagios.

En este contexto, la Parroquia carballesa refuerza estas medidas con la instalación de un termómetro digital, donado por el Grupo San Antonio, en la entrada del templo para que aquellos feligreses que lo deseen puedan hacer una lectura de su temperatura corporal. Al acercarse, se proyecta un puntero láser de baja intensidad entre la frente y la sien, apareciendo en pocos segundos en una pantalla digital que incorpora el mismo termómetro.

En palabras de su párroco José García Gondar: “Cuídate para cuidarnos. Hoy más que nunca hemos de estar a la altura y responder como auténticos hijos de Dios y testigos del Evangelio”.