Frangullas de convivencia familiar: 11 de mayo

“Mi hijo fue educado en unos valores que ya no vive. Me siento fracasado y culpable”. La apertura a la vida de los padres los lleva a entender que no son posesión suya y a favorecerles que, llegado el momento, abandonen el nido. Los han preparado para la vida, inculcándoles los valores que consideran esenciales; ahora les toca aceptarlos y acogerlos, sabiendo que la educación que les han dado ha dejado un poso, y respetar en la espera.

 

El amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar que el otro abra la puerta de su corazón (Francisco, La alegría del amor, 99)

 

Y decía: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo”  Mc. 4,26-34.