I Miércoles de Adviento

Texto Bíblico

“Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos” (Is 25, 6-7).

Texto patrístico

“Así es cómo has de cumplir la palabra de Dios, porque son dichosos los que la cumplen. Es como si la palabra de Dios tuviera que pasar a las entrañas de tu alma, a tus afectos y a tu -conducta. Haz del bien tu comida, y tu alma disfrutará con este alimento sustancioso. Y no te olvides de comer tu pan, no sea que tu corazón se vuelva árido: por el contrario, que tu alma rebose completamente satisfecha” (San Bernardo).

Texto pontificio

Compartir la Palabra y celebrar juntos la Eucaristía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera. Esto da lugar también a verdaderas experiencias místicas vividas en comunidad, como fue el caso de san Benito y santa Escolástica, o aquel sublime encuentro espiritual que vivieron juntos san Agustín y su madre santa Mónica” (Francisco, Gaudete et Exsultate 142).

Texto litúrgico

Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas”.

Consideración

El camino del Adviento, como el de la existencia, no se puede recorrer sin alimentarse. La Iglesia nos ofrece la mesa de la Palabra y la mesa del Pan Santo como mejor bordón y viático para la andadura, si queremos avanzar con esperanza.

Propuesta

¿Te acercas más en este tiempo a las Sagradas Escrituras y a los sacramentos?

Ángel Moreno Buenafuente