Momento Blanco, en Cope: de donde vienen los niños

Encontrar vida inteligente en el planeta tierra se ha vuelto una necesidad. El extraterrestre más campechano de los años ochenta se llamaba Alf; él convertía en parodia terrenal cualquier trama galáctica. Hoy, los terrícolas convierten en tragedia la vida de Alfie, congénere británico sobre el que todos pontifican. Su enfermedad infantil interpela.

El compositor Anton Rubinstein estrenaba “Demon”, el 25 de enero de 1975 en San Petesburgo; se trata de una ópera romántica rusa de gran nivel, junto a otras composiciones de Mussorgski o Chaikovski. El Demonio intenta seducir a una princesa caucásica, tras matar a su novio, pero fracasa gracias a la intervención de un ángel.

Cuando el corazón humano descubre su ancestral fractura, puede aferrarse a su escaño de cerrazón o dejarse redimir. Nunca lo logrará solo. Pero siempre encontrará a un ángel oportuno de otra galaxia, como Alfie, dispuesto a salvar su alma. Los niños no vienen de París, aunque bien valga una Misa. Proceden del mismo lugar al que la humanidad se dirige. El mensaje que ellos traen, sanos o enfermos, rejuvenecería la moral y la hipocresía de todo un viejo continente; de una civilización desalmada.

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 27 de abril 2018)