Momento Blanco, en Cope: decisiones

Como un dolor más de Nuestra Señora, el pasado 15 de septiembre llegaba la noticia: el hambre en el mundo ha aumentado. A la ONU se le disparan en 38, los millones de personas que no pueden comer lo necesario. Dicen que los conflictos matan las ganas de comer y que el clima perdió el rumbo del alimento. Civilización: te crees la “presumida”; pero habrás de conformarte con “ratita”.

El tío Donald, Trump, pronunció una suerte de oráculo en Naciones Unidas: Pyongyang necesita un muro. Mientras, parece que Maduro se lo construye a sí mismo. Pero el de México ya no queda tan claro; porque allí la tierra es brava, visceral, impredecible, apasionada. Capaz de temblar hasta comerse la muralla China. Los guadalupanos no tienen miedo: tienen mérito, fe, solidaridad. Desde aquí nuestro cariño y apoyo a los paisanos de Bigote Arrocet.

El concepto de moda se llama “derecho a decidir”. Ahí cabe todo. Bajo ese título se justifica cualquier cosa; no siempre buena ni razonable, ni verdadera. El peligro acecha cuando, quien decide sigue impulsos, gustos particulares, tentaciones, arrebatos o intereses. Entonces, alguien del grupo de los humildes se ahogará en el fango. Los malos escapan trepando, porque pisan.

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 22 de septiembre de 2017)