Momento Blanco, en Cope: ¿descristianización o santidad?

Diversos estudios muestran a España como uno de los países que más rápido se ha secularizado. Al mismo tiempo, los sociólogos destacan que el “¿dónde vas Vicente?…”, respecto a la fe, dejará paso a creyentes convencidos. Ante ese horizonte, el Papa irrumpe con la “Gaudete et exultate”, que habla de la santidad en medio de las ocupaciones cotidianas.

Su Santidad desea la santidad, para todos. Lo cual no significa poner los ojos en blanco. Ni hablar con voz repelente acerca de la última aparición, devota y milagrera, de san Cucufate. Tampoco supone abandonar las tareas de esposo o de madre para pasar 24 horas al día en una Iglesia. Santidad tiene que ver con una presencia de amor.

El futuro, las dificultades o la propia debilidad nunca reprimirán la pasión de Dios por la humanidad. Él no pide cosas raras. Frente a la rebeldía de muchos corazones o la vergüenza de manifestarse creyente, la santidad nos recuerda el regalo de una naturaleza más elevada que la de este mundo; y al seguir a Cristo, se nos pega. Una nacionalidad superior.

La indiferencia nos rodea:

– “Voy a montar una asociación para gente desganada”.
– “¿Sin ánimo de lucro?”
– “Sin ánimo de nada”.
– “Pues entonces, apúntame”.
– “Apúntate tú, que caray”.

Dios, en cambio, nos inunda en una crecida de amor y no sabemos qué hacer con tanta gracia. Contagiados por su entusiasmo, recibimos la dignidad de “hijos” y fruto abundante.

 

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 2o de abril 2018)