Momento Blanco en Cope: el salvavidas

Jorge Bergallo perdió a su hijo Ignacio en el Atlántico. Padre e hijo habían descubierto la vocación de servicio en la Armada Argentina. El submarino Ara de San Juan se hundió en noviembre de 2017 debido a un fatídico accidente. Ignacio iba dentro y falleció junto al resto de la tripulación. Los días más duros en la vida del excomandante Bergallo y su familia, revelaron el temple de un hombre de honor.

El veterano marino conocía de primera mano a su hijo, al sumergible, las condiciones de navegación, etc. Reconoce que lo pasó muy mal midiendo las palabras con su esposa y los familiares directos. Quería evitar sufrimientos inútiles. Tal vez por eso, aunque suene “macabro”,  recibió un ligero y relativo bálsamo al enterarse de que no hubo tiempo para una agónica asfixia en las profundidades.

Se mostró comprensivo con la histeria de algunas familias; con las airadas acusaciones, las reclamaciones… Además, se salió del guión con pasmosa serenidad: en contra del sentir general, el sr. Bergallo reconoció el apoyo imprescindible de la fe o las atenciones delicadas de la Armada. No buscó culpables innecesarios. Y tranquilizó a la gente desmintiendo bulos informativos, como el de un absurdo ataque de buques chinos.

Si la humanidad llegara a hundirse, huérfana de referentes y valores, podría lanzar salvavidas de equilibrio y sensatez. Como la de esos sufridos caballeros andantes de la mar que velan, como un faro, por los náufragos.

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 23 de noviembre 2018)