Momento Blanco en Cope: Jornaleros licenciados

Universitarios, opositores, personal de hostelería o atletas de élite han salido a trabajar en el campo. ¿Por qué? Porque los temporeros de otros países no pueden cruzar las fronteras y por la crisis económica, que convierte el empleo en un espejismo lejano. Fincas de frutales; trasiego de camiones; peonadas; ERTES compatibles con labores del campo… Hemos visto la importancia de la agricultura y del sector primario durante la cuarentena. Pero no se han puesto de moda hasta el punto de atraer.

“Fulano, tenemos los camareros mejor preparados del mundo”, decía el caballero con orgullo. “Pues para mí es un fracaso”, le respondía su compañero. Cada profesional necesita desempeñar su trabajo con la mayor preparación específica posible: quien barre, sea competente en su tarea; quien cocina, que sepa y que luzca…Pero tener una licenciatura o un doctorado en químicas y acabar, pongamos por caso, limpiando pescado (con todo respeto para peces, pescaderos y clientes), apunta cierta ruina.

Los títulos universitarios de las cajeras de supermercado, el comer en casa de los padres a los 40 años o el pagar la luz y el gas con la pensión de los abuelos, debieran producirse por afán de cultura, amor familiar o generosidad. No por mera supervivencia. Extrapolando: la mayor parte de la sociedad española ha recibido el Bautismo pero muchos viven como a la fuerza bajo el techo de la iglesia; sin disfrutar ni repartir el amor de los hijos de Dios; consumiendo energías que desgastan y pasan factura.

Un joven pasaba por el parque presumiendo, en voz alta, ante su amigo: “¡Me expulsaron de 4 universidades, chaval!” Tras de sí se escuchó a un veterano: “Ten cuidado: ya se ve que estás perdiendo facultades…”

Manuel Á. Blanco