Momento Blanco en Cope: necesidad

Paco-sin-temor necesita hacer la compra. Al menos cada semana, para seguir la recomendación de comer frutas y verduras frescas. Pero, además de antioxidantes en su analítica, Fran necesita la Misa para llevar a Dios por dentro. A Paco-sin-temor le hace falta pasear al perro; y mucho más le urge la Misa, para sentirse atado sólo por Amor. Paco acompaña a sus seres queridos en casa y por teléfono; pero en Misa se une a los vivos y difuntos de todo tiempo y lugar. Desea rezar allí por los que ya se han ido.

Como Paco-sin-temor hace pipí y popó, necesita papel higiénico y lejía. Aunque precisa más la Misa, que purifica el alma de las bombas fétidas de sus pecados. Paquiño se informa en las noticias de cómo anda la pandemia; pero  necesita la Palabra de Dios, verdadera, sin bulos ni disfraz, que se escucha en la Sta. Misa. Francisco se emociona en el aplauso de las 20h y ante historias de héroes solidarios. Pero Paco-sin-temor anhela ir a la Eucaristía; a recibir fuerza, consuelo y la presencia de la mejor Compañía.

A Paco-sin-temor no se le duerme fácilmente. No se domestica con series de televisión, comparecencias de prensa o bailes de “resistiré” y  luces de sirena. Eso sólo tiene sentido para Farruco, tras la paz de la Eucaristía, del Calvario; del sepulcro vacío, convertido en donación. Necesita saber que vive para siempre después de una Misa. El sueño de Paco no lo entiende todo el mundo. Pero es sagrado y merece respeto. Lo pide para la desescalada; con las medidas higiénicas oportunas. Paco sale de Misa cambiado; transformado un poco más en Amor: ese tan necesario.

Manuel Á. Blanco