Mons. Barrio inaugura el Congreso de Acogida en los Caminos de Santiago

  • El epicentro del mensaje pastoral del Año Santo Compostelano 2021 se situará en la alianza con Dios, en la “pascua del Señor”.
  • El peregrino descubre cada día un horizonte nuevo que le hace soñar en la esperanza.
  • El Camino tiene que ofrecer la auténtica antropología cristiana.
  • Vivir en el amor de Jesús es el ideal para el cristiano.
  • La peregrinación del peregrino no es plena si no descubre el amor de Dios.
  • La meta del Camino no es el Apóstol. La meta es Jesucristo, aunque de la mano del Apóstol.
  • Cristo y el Camino no pueden separarse.

El arzobispo de Santiago, mons. Julián Barrio, inauguró esta mañana el VI Congreso Internacional Acogida Cristiana en los Caminos de Santiago, que este año lleva por título genérico El Camino de Santiago: lugar de encuentro con la fe y la Historia jacobea. Ante un auditorio de más de cien personas, presentó las “Perspectivas ante el Año Santo de 2021: Peregrinos en la fe, por el camino de la esperanza y arraigados en el amor”. Mons Barrio comenzó su disertación recordando que “el Año Santo es un acontecimiento de gracia para orientar la realización integral de la persona con una antropología dinámica y dinamizadora”. En este sentido recalcó que “el Año Santo Compostelano sigue siendo una llamada a la conversión que nos ayuda a renovarnos espiritualmente, recordando los contenidos de nuestra fe y acogiendo la salvación sin olvidar la urgencia de ser evangelizadores en medio de la indiferencia religiosa, incertidumbre moral y pérdida del sentido transcendente de la vida”. Por tanto, concluyó que “ha de favorecer el despertar religioso y espiritual de las personas y de las comunidades cristianas”.

Los años santos del tercer milenio

Mons. Barrio recordó que en los dos últimos años santos se subrayó la importancia del Espíritu Santo, “principio y fin de la vida peregrinante cristiana en la fe y en la esperanza”. Para la cita de 2021 la tarea es “proclamar que el peregrino cristiano por la fe y la esperanza está inmerso en la unión del Padre, el Hijo y el Espíritu y así es llevado a su plena consumación”.

Escenario espiritual del peregrino en el 2021

En su disertación, el arzobispo compostelano presentó las tres claves con las que el caminante debe interpretar la peregrinación.

La primera es peregrinar a la luz de la fe. En este sentido afirmó que “creer es dejar que la palabra de Dios se convierta en el móvil de todos nuestros actos en la certeza de su verdad”. La conclusión es que el peregrino de fe “acepta lo que dice Dios y conforma a ello su vida, porque cree en Dios”. Sin esa fe, continuó el arzobispo, “es radicalmente imposible mantenerse en pie en la experiencia de la vida peregrina cristiana. Toda nuestra existencia cristiana se vive en la fe, en la seguridad de que Dios dice la verdad”.

La segunda es la esperanza como actitud existencial básica. En este apartado mons. Barrio recordó que “la temática del futuro y, por tanto, de la esperanza se convirtió en el tema central de la reflexión teológica del siglo XX, en el que se descubrió lo propio y diferenciado de lo cristiano”. Por lo tanto, “Iglesia y futuro están esencialmente unidos”. De hecho, el futuro del que habla la Biblia es el mismo Dios. Es “anticipación, presencia y venida del futuro de Dios, es decir, de la venida-a-nosotros del mismo Dios”. Por eso san Pablo lo llama “el Dios de la esperanza”.

La tercera clave es “arraigados en el amor” porque la caridad es el amor al que la fe da vida. “El amor es Dios mismo, que nos ama y con el que, amando, entramos en comunión del Padre, el Hijo y el Espíritu”. Jesús, el Hijo amado, es el que devuelve al Padre la totalidad de su amor divino. Es también en su humanidad el que ama perfectamente al Padre. En él, el amor humano de Dios, preparado y esbozado en la pedagogía de la ley judía, alcanza su perfección. Y “es también él quien desborda el amor de la humanidad al Padre, alcanzando finalmente su plenitud. En su humanidad tan semejante a la nuestra se lleva a cabo una especie de irradiación, una epifanía de lo que se realiza en la zona divina de su ser”.

Asistieron a la ponencia de mons. Barrio el obispo auxiliar de Santiago, mons. Jesús Fernández, y el obispo de la diócesis de Ourense, mons. Leonardo Lemos.