Monseñor Barrio pone como ejemplo de actuación cristiana en estos tiempos a San Martín de Tours

  • El arzobispo presidió la Eucaristía en la que el Seminario Mayor festejó a su patrón y que se celebró con carácter interno, debido a la crisis sanitaria

El Seminario Mayor de Santiago de Compostela celebró hoy, día 11 de noviembre, la festividad de San Martín de Tours, patrono de la institución formativa y educativa. El arzobispo de Compostela, monseñor Julián Barrio presidió la tradicional Eucaristía, aunque este año debido a la situación de crisis sanitaria la ceremonia se desarrolló con carácter interno y no se celebraron los actos habituales con motivo de dicha festividad. “A la Iglesia se le ha encomendado la misión de continuar la obra salvadora de Jesucristo”, recordó en su homilía monseñor Barrio, quien puso a San Martín como ejemplo de actuación en estos tiempos. “En los santos encontramos esta referencia luminosa a luz de la cual debemos intentar comprender su vida. Desde la situación concreta que estamos viviendo en la que mucha gente dice que las lágrimas son su pan día y noche, y nos pregunta ¿dónde está tu Dios?, hemos de hacer una lectura creyente de la realidad, fundamentada en la experiencia sobrenatural. Los santos en la historia son el signo de esta inquietud”, aseguró el arzobispo. Monseñor Barrio indicó, también, que San Martín “protegió a los pobres y oprimidos y luchó contra la herejía y el mal, la idolatría y las supersticiones. Estaba convencido de que la evangelización se sustenta en vivir el Evangelio”. Y dijo que “buscó hacer la voluntad de Dios en todo momento y circunstancia”.

En la homilía de la Eucaristía en la festividad de San Martín, el arzobispo recordó que esta figura fue un “hombre de gobierno político porque las circunstancias lo requirieron, monje por vocación y obispo por obediencia”. Lo definió como “austero” y dijo de él que era “contemplativo en la acción, peregrino del absoluto”, de tal modo que “forma parte de la memoria espiritual de la Europa cristiana, y nos ayuda a orientar nuestra vida hacia Dios. Fue un testimonio de la libertad cristiana en medio de los cambios históricos que marcan el final del siglo IV, buscando nuevas vías para la evangelización con un nuevo impulso misionero”.

Monseñor Barrio señaló que “hay que evangelizar la realidad personal y social como algo que forma parte de la historia de la salvación, con el sentir de la misericordia divina. Si vivimos por el Espíritu obremos según el Espíritu. Seguir a Cristo es prolongar de modo siempre nuevo su vida a través de la historia como lo hizo San Martín con su caridad pastoral, situando su vida en la perspectiva de la santidad”. El arzobispo aseguró, también, que “San Martín, hombre admirado por su sabiduría y amado por su bondad, salió al encuentro de las gentes que andaban como ovejas sin pastor, manifestando su alma de apóstol, siempre dispuesto a ofrecer su vida por las ovejas porque el buen pastor va en su busca, no ejerce el poder sobre ellas, no es un funcionario, rígido y observador del propio horario de trabajo y celoso custodio de su privacidad, se conmueve con el corazón y con la mente ante la situación de dispersión que viven, y trata de reflejar en todas sus actuaciones el amor misericordioso de Dios”.