Parroquia de guardia: U.P. de Mugardos

(CON FRANZA, MEHÁ, SAN JUAN)

Son del Norte. Con probables vínculos históricos al monasterio de Caaveiro, la oración pudiera ser su lenguaje. Las parroquias de la UP Mugardos hoy encomendarán a todos los diocesanos. Como abriendo sus puertas para cobijarles, emulando la fortaleza del Castillo de la Palma. Sus grupos de catequesis atienden a unos cien niños durante el curso pastoral. Y trabajan en comunión con su Ayuntamiento para atender a las necesidades de los más desfavorecidos. Esta Semana Santa se sienten algo cariacontecidos, porque sus procesiones de solera han echado el freno por culpa del coronavirus. Pero su esperanza anima a continuar. Su comunión impulsa la fe de la diócesis.

Estos son algunos signos de esperanza en este tiempo de confinamiento:

– E párroco, José Carlos Mato, coordina el envío de materiales útiles para la oración y la formación a través de los grupos de whatsapp. Catequistas, Coros parroquiales, Equipo de Liturgia, etc., se unes pidiendo por los enfermos, por la paz y demás intenciones diarias.

– Todos los días, a las 8:30h el párroco celebra la Eucaristía, y se va publicando en Facebook para que sirva de referencia a los feligreses y puedan unirse desde casa. Los domingos suelen seguir la celebración del Arzobispo, unidos también a las intenciones del Papa. Se hace un recordatorio de la “comunión espiritual” para que el vínculo y el aprovechamiento del sacramento sean aún más profundos.

– Por las tardes, se notifica un rato de oración ante el Santísimo, con el envío de un texto, un video, una meditación, una parte de la Liturgia de las Horas, el Rosario, etc., sin olvidar nunca de encomendar a los que sufren más directamente por la pandemia.

– Cáritas: la actividad de atención primaria permanece alerta y repartiendo ayuda a unas 40-50 personas. En el local del antiguo consultorio médico, un convenio con el Ayuntamiento permite a Cáritas coordinar la ayuda social local, unificando recursos.

–  Se permanece alerta para la atención de enfermos que lo soliciten e, incluso, tareas de despacho factibles en estos días.

– Los feligreses echan de menos, además del mimo con el que se organizan las Eucaristías dominicales, las múltiples novenas, el Via Crucis o el confesionario,  el canto de los dos coros interparroquiales. Y la labor de las Cofradías del Nazareno y de los Dolores, con tradición e imaginería amplias. La gente vive “de un modo nuevo” el “septenario” y recuerda con cariño las largas noches procesionales de martes, jueves y viernes Santo (junto a todas las demás de los días de Pasión), con la esperanza de la Pascua al final de este “túnel” de confinamiento.