Solidarios: Cocina económica Santiago

En la Cocina Económica de Santiago trabajan sin tregua para alimentar a los más desfavorecidos del entorno urbano. Las religiosas y el personal de complemento que se encargan de esta labor, vivieron el susto de un contagio de coronavirus. Una vez repuestos, el retorno a los fogones no se hizo esperar: mucha gente dependía de su auxilio.

La Congregación de las Hijas de la Caridad se encarga del comedor de la Cocina Económica desde el año de su creación en 1891. El pasado viernes 20 de marzo un positivo por coronavirus hizo que el personal de la Institución Benéfica quedase en aislamiento y en cuarentena. Se trataba de sor Alicia. Luego se detectaron dos casos más de religiosas afectadas que, a día de hoy, ya se encuentran recuperadas. A pesar de todo, el servicio de la entidad continuó mediante un cáterin. Tras el proceso pertinente de aislamiento y la correspondiente  desinfección, la comida ha vuelto a prepararse en sus instalaciones el pasado 6 de abril.

En estos momentos, 6 religiosas y 10 seglares se ocupan de la preparación de los menús. El personal de los turnos de cocina ha de vestir trajes especiales de protección. Ya han sobrepasado las 200 comidas diarias preparadas y más de 50 desayunos. En los últimos tiempos, unas 29 familias se han sumado a los usuarios habituales de la Cocina Económica (a causa del cierre de los comedores escolares y por algún otro motivo) que, coordinada con los voluntarios de Cruz Roja y otras instituciones, se ha organizado para acercar la comida en táper o en bolsas a quienes lo necesiten. Muchos benefactores continúan apoyando la labor solidaria de esta entidad, conscientes de la ingente tarea bienhechora que desde sus fogones se lleva a cabo.