Un grito pidiendo que nadie más muera en soledad

La Real Basílica de Santa María la Mayor de Pontevedra ha acogido en la tarde de este lunes el funeral por el eterno descanso de las personas sin hogar fallecidas recientemente en la ciudad del Lérez, a fin de que sean despedidas con la dignidad que se merecen. Esta misa, a la que asistieron igualmente las presidentas de Cáritas Interparroquial, Conchi Vázquez, y de la Asociación Boa Vida, Pepa Vázquez, ha contado con la especial participación de varios sin techo y el grupo de voluntarios que coordinan el programa “Tiende tu mano”.

Con este funeral ha procurado dar voz propia a quienes, por lo general, suelen ser invisibles para la sociedad. Así, las personas sin hogar han intervenido haciendo peticiones como que “la gente nos trate como personas”, anhelando además ser “capaces de amarnos como verdaderos hermanos”. Se han acordado de “los que están solos, sin familia ni amigos”, y de aquellos “que murieron solos y no recibieron ayuda”. En cuanto a los que están enfermos, solicitan “la atención que necesitan, para que no pierdan el ánimo de vivir”, de modo que esta ayuda integral contribuya igualmente a “cambiar nuestras vidas y así poder curarnos de toda adicción”. Por su parte, el Consiliario de Cáritas Interparroquial de Pontevedra, Javier Porro, ha urgido durante la homilía que estas voces funcionen como “un grito, pidiendo que nadie más muera en soledad”.

Delante del altar, un hato de cartones, mochilas y bolsas ha servido para simbolizar el hogar sin paredes de quienes tienen por casa las calles de Pontevedra, poniendo sus vidas bajo la intercesión de Dios. En este sentido, entre estas pertenencias también se ha colocado una pequeña imagen del Niño Jesús, recostada sobre un saco de dormir, como recuerdo de que él mismo nació sin que su familia tuviese una casa propia.