Un grupo de internos de la cárcel de Palma de Mallorca culmina el Camino de Santiago

  • La peregrinación forma parte de un programa de reinserción promovido desde diferentes delegaciones diocesanas de Pastoral Penitenciaria

Esta mañana recibieron su Compostela en la Oficina de Acogida al Peregrino un grupo de internos de la prisión de Palma de Mallorca, como parte de un programa de reinserción social. Este tipo de iniciativas se vienen organizando con regularidad desde diferentes delegaciones diocesanas de Pastoral Penitenciaria y otros grupos comprometidos con la reinserción de los privados de libertad, con la debida autorización, y valoración positiva, por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

Los peregrinos fueron recibidos por el Deán de la Catedral de Santiago, Segundo L. Pérez, quien hizo entrega a cada uno de ellos de su Compostela. Al frente de la peregrinación estuvo el sacerdote mallorquín Jaume Alemany, que lidera este tipo de programas desde hace décadas y que, en los últimos años viene colaborando con los diferentes programa de acogida a peregrinos que se desarrollan desde la Catedral de Santiago.

El Camino de Santiago es, en este sentido, una gran ayuda para la reinserción social de los internos, por sus características intrínsecas de hospitalidad y solidaridad, de manera que, “en cada etapa, se profundiza en la dimensión penitenciaria del Camino: reconocimiento de la responsabilidad en un hecho delictivo, dolor por las consecuencias del hecho, petición de perdón, propósito de enmendar la vida en el futuro…”, en palabras del propio Jaume Alemany.

Esta iniciativa pretende también presentar a la sociedad, en ocasiones ajena a la problemática penitenciaria, un ejemplo concreto de personas arrepentidas de sus actos delictivos y dispuestos a manifestar su voluntad de cambio. Se trata, en definitiva, de volver a una de las características originales del hecho de la peregrinación, la de tratar el perdón como elemento sanador, imprescindible para recobrar la paz, aún después de cumplir la condena impuesta por la justicia.