Una peregrina japonesa pide en la Catedral “La fe y el Bautismo”

Yoko Nakajima llegó a León de su Japón natal en la primavera de 2012 para emprender un camino hasta Santiago de Compostela. En su país la tradición y cultura de España es apreciada y admirada por lo que Nakajima quiso hacer un viaje a pie por la legendaria ruta del Camino de Santiago. Pero la andanza de esta japonesa no fue únicamente la de los 322km que recorrieron sus pies, de más calado fue el gran viaje interior que Yoko Nakajima anduvo hacia Jesucristo.

San Juan Pablo II recordó en 1989 a los jóvenes del Monte do Gozo que la tradición espiritual del cristianismo no subraya la importancia de nuestra búsqueda de Dios. Resalta algo más importante. Es Dios quien nos busca. Él nos sale al encuentro. Yoko Nakajima no empezó el camino con ninguna inquietud religiosa, pero fue la bondad humana mediante la cuál se sitió exhortada por un Dios desconocido.

Nuestra peregrina sintió gran impresión por la hospitalidad que se practica en el camino y concretamente trae a la memoria una experiencia. Tras un duro día de caminata Yoko padecía un gran dolor en sus piernas. Al llegar a un albergue la acogida de un voluntario le confortó de tal manera que sintió aliviado el dolor.

Los pasos recorridos a partir de ese momento le produjeron una sed de conocer el sentido genuino del Camino de Santiago, el de aquellos cristianos que necesitados de una conversión se encaminan con sacrificio a venerar a uno de los apóstoles más cercanos a Jesús. Yoko se contagió de este espíritu de amor y esperanza hasta tal punto que a su llegada a Santiago quiso profundizar más en la religión católica.

Tras años de formación, la Catedral de Santiago ha acogida recientemente la celebración del Bautismo de esta japonesa. El deán de la Catedral, Don Segundo Pérez, recibió a Yoko en el atrio de la Corticela donde la mujer manifestó que pedía a la Iglesia la fe y el Bautismo. “He aquí que ahora se abre para ti el camino del Evangelio”  y entrando en procesión hasta el interior prosiguió la Santa Misa en la que esta peregrina recibió el Bautismo con el nombre de Esperanza Bernardeta y los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación.

Don Segundo Pérez se preguntó “Si tantos milagros se describen en los libros antiguos de la Catedral ¿No hay milagros ahora?”, y señaló: “Aquí hay un milagro, este es un milagro del Camino de Santiago por el que Dios nos regala a esta hermana nuestra”. El deán señaló que es además un ejemplo para aquellos que hemos recibido el Bautismo de niños, porque “tal vez nos hemos quedado en la frialdad de la rutina y la costumbre pero tú querida hermana – dijo refiriéndose a Esperanza Bernardeta – nos haces sentirnos de nuevo nacidos de la gracia del Padre”.