La familia

La Iglesia celebra hoy la fiesta de la Sagrada Familia. La 1ª lectura de la Misa, del libro del Eclesiástico, desarrolla el cuarto mandamiento de la Ley de Dios: honrarás a tu padre y a tu madre. El texto hace frente a la posible falta de capacidad del padre para elaborar un razonamiento, por esa enfermedad que llaman alzeimer. Si se da el caso, hemos de revestirnos de cariño y asistirlo. El Señor verá con buenos ojos el que nos revistamos de humildad y de verdadero amor para atender a nuestros padres.

San Pablo, en su Carta a los Colosenses, pide al Señor que nuestro uniforme sea la misericordia y humildad, la bondad, la dulzura y la comprensión. Del mismo modo que el Señor nos ha perdonado y nos perdona, así también nosotros hemos de soportarnos y perdonarnos.  Como centro de todo, que esté el amor, que es el “ceñidor de la unidad consumada”. Que reine entre todos la paz de Cristo, y que participemos en su memorial, dejándonos orientar por la palabra de Dios. Habrá buen entendimiento entre los miembros de la familia, si nos comportamos con dulzura los unos con los otros.

El Evangelio presenta a José y María yendo a Jerusalén, por las fiestas de Pascua. En esa ocasión, como Jesús cumplía doce años, lo llevaron con ellos a la Ciudad Santa. El niño asumió una postura inconcebible si no hubiera en él algo más de lo que se veía: se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Tuvieron que andar buscándolo, hasta que lo encontraron en el templo. Estaba con los doctores, dando lecciones sobre la Ley de Dios. La Virgen María se quejó por haberles tenido angustiados, y él les dijo que debía estar en las cosas de su Padre, Dios. María conservaba todo en su corazón.

José Fernández Lago