- La parroquia de Noalla vivió una jornada de gran emoción con la inauguración oficial del templo, que vuelve a abrir sus puertas después de meses de trabajo impulsado por la Asociación Os Raposos de Aios.
Con un ambiente cargado de emoción, devoción y orgullo vecinal, los habitantes de Aios celebraron este domingo la esperada inauguración oficial de la capilla de San Juan de Aios, un pequeño templo del siglo XVIII que, tras un largo proceso de restauración, vuelve a brillar como uno de los símbolos patrimoniales y espirituales más queridos de la parroquia.
El acto, que congregó a decenas de vecinos y visitantes, contó con la presencia del obispo emérito de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, quien presidió la misa de Acción de Gracias. Antes de la eucaristía, el prelado dirigió la bendición solemne en el exterior del templo, en medio de los aplausos y la emoción visible de los asistentes.
Un esfuerzo colectivo
La rehabilitación de la capilla fue posible gracias a la implicación y el esfuerzo de la Asociación Os Raposos de Aios, un grupo vecinal que, movido por el compromiso con su entorno y sus tradiciones, se propuso rescatar este espacio histórico que durante años permaneció cerrado al culto debido a su deterioro.
Según explicaron, las obras incluyeron la consolidación estructural del edificio, la restauración del retablo y la recuperación de elementos decorativos originales, respetando al máximo la esencia arquitectónica del templo.
Una jornada para el recuerdo
Desde primeras horas de la mañana, el entorno de la capilla se llenó de actividad. Vecinos de todas las edades se acercaron para engalanar los accesos con flores, banderas y cintas, mientras las campanas repicaban anunciando la celebración. Representantes de distintas asociaciones parroquiales y autoridades municipales también se hicieron presentes, acompañando a los feligreses en una jornada que muchos calificaron como “histórica” para Aios.
Patrimonio recuperado
La capilla de San Juan de Aios, levantada en el siglo XVIII, forma parte del rico patrimonio religioso de la parroquia de Noalla. Su arquitectura sencilla, de líneas tradicionales y muros de piedra, encierra siglos de historia y devoción popular. Durante años, el paso del tiempo y la falta de recursos habían provocado un notable deterioro que amenazaba su conservación.
Hoy, gracias a la colaboración vecinal y al apoyo institucional, el templo vuelve a lucir con todo su esplendor, recuperando su función como lugar de culto, encuentro y referencia cultural.
Un futuro abierto a la comunidad
Con esta inauguración, Aios no solo recupera una joya arquitectónica, sino también un símbolo de identidad y cohesión social. Un ejemplo de cómo la unión vecinal, la fe y la perseverancia pueden devolver la vida a los rincones más entrañables del patrimonio gallego.
