Cáritas de Boiro: «Intentamos que las familias a las que ayudamos tengan algo por lo que luchar»

  • Las voluntarias subrayan que la entidad funciona gracias a mucha colaboración externa

El deseo de implicarse en la comunidad y de ayudar a quienes lo necesitan hace posible el trabajo de organizaciones como Cáritas, que en Boiro cuenta entre sus voluntarias con Lupe Tubío, que preside la entidad desde hace poco más de un año, Concha Sayáns, Isa Ruiz, Puri Lojo, Rosa Vázquez y Rocío Ramírez. Cada una tiene un cometido y una manera distinta de enfrentarse a la cruda realidad de los problemas que afectan a sus beneficiarios, aunque el suyo es un trabajo colectivo y tiene un denominador común: «Intentamos que las familias a las que ayudamos tengan algo por lo que luchar».

Explican que Cáritas «no solo es dar una bolsa de comida» y que marcan a los usuarios unos objetivos que estos se comprometen a cumplir: «Deben buscar a forma de saír da súa situación», manifiesta Concha Sayáns.

Además de realizar cursos para favorecer su integración laboral, instan a los beneficiarios a buscar empleo. Con el fin de realizar un seguimiento de su actividad, estos reciben unos formularios que deben cuñar en cada una de las empresas a las que han acudido para entregar su currículo.

Pese a la dureza de las situaciones a las que con frecuencia se enfrentan, no pierden de vista que todo debe funcionar de forma organizada y buscando llegar a quienes realmente lo necesitan. Rocío Ramírez, encargada de la contabilidad y los trámites, asegura: «Nadie se imagina la cantidad diaria de documentación que se mueve».

Tampoco se echan atrás cuando es necesario hacer un esfuerzo suplementario para atender situaciones especiales y, por ejemplo, Rocío Ramírez recuerda una ocasión en la que una mujer a la que ayudaron para que recibiera la medicación necesaria para afrontar una enfermedad les dijo: «Ustedes me han regalado días de vida con mis hijos». Cuentan que esta persona logró salir adelante y encontrar un trabajo.

Escucha y acogida

A la hora de hablar de la actividad que desempeñan, Isa Ruiz subraya la importancia de «la escucha y la acogida».

Por su parte, Lupe Tubío destaca que Cáritas «funciona gracias a muchas ayudas externas». Precisa que hay profesores que imparten clases particulares a los hijos de las familias necesitadas, y que Protección Civil de Boiro hace posible la entrega de alimentos al acudir a buscarlos a Santiago. También comenta el apoyo de las farmacias, las empresas, los pequeños comercios y los supermercados, así como el trabajo coordinado que la entidad efectúa conjuntamente con la Cruz Roja y Servizos Sociais.

En la actualidad atienden a una treintena de familias del municipio, pero apuntan que hay un elevado número de usuarios que son personas que residen solas y que han superado la barrera de los 50 años.

Saben que su contribución es solo un grano de arena y Lupe Tubío se muestra crítica al afirmar que hay situaciones que la Administración debería cambiar. Se refiere en concreto al pago de la Risga: «Nadie puede vivir con 426 euros al mes». Tubío defiende que se permita vivir bajo el mismo techo a más de un receptor de esta prestación: «Porque eso les permitiría compartir gastos y mejorar su situación».

Al mismo tiempo, estas voluntarias consideran que sería positivo para los beneficiarios que recibieran la renta de integración a cambio de la realización de algún trabajo: «Mucha gente se sentiría más realizada si le permitieran desempeñar alguna ocupación», subraya Lupe Tubío.

Sus puertas están abiertas para aquellos que lo necesitan, aunque reconocen que «hay personas a las que no sabes como llegar o que tampoco se atreven a solicitar ayuda».

Atención

La entidad proporciona atención a una treintena de familias necesitadas. Las voluntarias explican que el número ha descendido porque algunos usuarios consiguieron encontrar trabajo y otros decidieron marcharse de Boiro en busca de nuevas oportunidades para salir adelante.

Fuente: A. Gerpe | La Voz de Galicia
Foto: Marcos Creo