Carmen Dios, voluntaria de Cáritas: «Levo colaborando co roupeiro de Ribeira dende que me xubilei hai varios anos»

Ayudar a los demás es un acto de solidaridad inconmensurable, pero también una forma de alimentar el alma. Eso es lo que piensa Carmen Dios, una mujer retirada a la que muchos conocen por su importante labor dentro de Cáritas: «Levo colaborando co roupeiro de Ribeira dende que me xubilei hai varios anos».

Aunque estos días un artículo de prensa llevó a confusión a algunos lectores, que pensaron que la barbanzana había acudido a la entidad en busca de ayuda, lo cierto es que se trata de justo lo contrario, pues lleva años repartiendo ropa a quienes sí la necesitan: «Se vén algunha prenda deteriorada desbotámola, non lle damos a ninguén o que non queremos para nós», señala.

La ribeirense considera que el hecho de acercarse al ropero no tiene que avergonzar a nadie y que cualquiera puede verse en una situación comprometida en algún momento de su vida: «Aquí temos as portas abertas para apoiar a todo o mundo».

Más calzado

Aunque voluntarias como Dios hacen su mejor esfuerzo para que todos los usuarios de este servicio de Cáritas vuelvan a casa con todo lo que necesitan, lo cierto es que hay determinadas cosas que son muy escasas en el ropero, como el calzado: «Véñennos pedindo moitos zapatos, pero iso é difícil porque a xente adoita usalos ata que xa non serven para nada».

Señala que también hace falta ropa de estilo juvenil, sobre todo masculina, pues el hecho de estar pasando por un mal momento económico no significa no poder estar presentable y a la moda: «Non podemos vestir aos rapaces con roupa dun home maior, báixalles a autoestima».

Ese afán porque todo el mundo se sienta bien con lo que lleva puesto ha llevado a la ribeirense a conocer bien a las personas que van asiduamente a la sede de la entidad y recomendarles determinadas prendas en función de como les sienten: «A todos nos gusta ir ben vestidos».

Además de ropa, la voluntaria pide que la gente done objetos del hogar que ya no utilicen y estén en buenas condiciones. «As cousas da casa son o primeiro que entra e o primeiro que sae», manifiesta. Señala que hay familias que necesitan este tipo de utensilios porque llegan a la ciudad con un bajo poder adquisitivo: «Son xente que chega sen nada e quere traballar para conseguir un futuro mellor». Para ella, lo importante es que la gente sea consciente de las dificultades que atraviesan los demás y tome la iniciativa de hacer algo.

Fuente: La Voz de Galicia