Comienza en Roma el Sínodo de los Jóvenes

Este miércoles comenzó en Roma el Sínodo de los jóvenes, que se va a celebrar hasta el 28 de este mes de octubre bajo el título Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

La preparación de un sínodo es laboriosa y dura meses. En este caso la elección del tema se produjo ya el 6 de octubre de 2016. La primera etapa concreta fue la publicación de un documento preparatorio, que en esta ocasión se organizó en torno a cuatro grandes ejes: el primero fue un análisis pormenorizado de la situación de los jóvenes en el mundo de hoy, el segundo abordó las cuestiones de la fe, discernimiento, vocación, el tercero la acción pastoral y finalizaba el texto con un extenso cuestionario en el que se preguntó a jóvenes de todo el mundo por estas cuestiones.

Este documento preparatorio se presentó a la prensa en el Vaticano el 13 de enero del año pasado, y arrojaba una primera gran novedad: el deseo de escuchar la voz de los jóvenes «a través de un sitio web, con un cuestionario sobre sus expectativas y su vida» (Documento preparatorio, introducción).

Del 5 al 9 de abril de 2017 tuvo lugar un Encuentro internacional con los Responsables de pastoral juvenil a nivel mundial, en el cual se presentó el camino sinodal. Del 11 al 15 de septiembre de 2017 tuvo lugar un Seminario internacional sobre la condición juvenil que contó con la presencia de numerosos expertos y de varios jóvenes.

Del 19 al 24 de marzo de este año se celebró la Reunión pre-sinodal, que tuvo como objetivo dar a los jóvenes la posibilidad de presentarle a los obispos un documento en el que expresaron sus puntos de vista sobre la realidad, sus ideas, su sentir y sus propuestas. En este encuentro participaron unos 300 jóvenes en representación de los cinco continentes. En esa reunión tuvo un papel destacado Cristina Cons, una joven universitaria de la diócesis de Santiago comprometida con la pastoral juvenil y la evangelización. Con ella quisimos analizar precisamente aquella semana de propuestas.

Cristina Cons

Pregunta. ¿Qué hicisteis en aquella semana?

Cristina Cons.- Nos pidieron que redactásemos un documento que respondiese a tres preguntas: ¿cómo son los jóvenes?, el discernimiento vocacional y cómo creíamos que debía ser la Iglesia. Trabajamos divididos en 20 grupos lingüísticos.

Pregunta. ¿El papa se dirigió a vosotros?

Respuesta. Sí. Fue muy retador. Antes de ir a Roma todos me decían que fuese muy prudente a la hora de exponer mis ideas. Pero el papa nos dijo: no seáis prudentes. Sois jóvenes y no quiero que vengáis aquí a ser prudentes, sino a decir lo que pensáis. Eso me encantó. Descubrí un papa muy humano, muy natural, que quiere escucharnos y transformar la Iglesia. Nos insistió también en evitar la tentación del “siempre se ha hecho así”. Para él eso es un veneno dulce, pero un veneno que te está matando. Insistió en que fuésemos incluso pesados en nuestra insistencia por transformar la Iglesia. Nos dijo que los jóvenes somos los profetas de este tiempo y que el Espíritu Santo habla a través de nosotros. El papa quiere que la Iglesia sirva a los jóvenes, que sea configurada por nosotros con lo que somos, con nuestra temeridad.

Pregunta. ¿Qué destacarías de vuestra reflexión en aquel encuentro?

Respuesta. Todos insistimos mucho en que se supere el concepto de vocación como sinónimo de sacerdocio o vida consagrada. Todos demandamos que se reconozca que todo bautizado está llamado por Dios y que no es más válida una llamada que otra. Exigimos una respuesta concreta a este respecto. Por ejemplo, queremos que la Iglesia acompañe a los novios y a los matrimonios como lo hace con los seminaristas. Tampoco nos parece que un cursillo de un fin de semana te prepare para el matrimonio.

Esto en cuanto al discernimiento vocacional. Luego se habló también de la comunidad. Vemos urgente integrar comunidades vivas, en las que todos se conozcan. Vemos que hay movimientos concretos que se integran en comunidades, pero en general eso no ocurre en las parroquias. El discernimiento vocacional ha de realizarse en una comunidad auténtica.

El tercer punto fue cómo debe ser la Iglesia. Aquí pedimos de nuevo una Iglesia que sea comunidad. Pedimos una mayor presencia del Espíritu Santo en la vida de nuestras parroquias. Y vivir en comunión. Sentimos que heredamos conflictos entre movimientos, grupos, parroquias… que nos son ajenos. Queremos una unión y una comunión verdadera en la Iglesia, donde todos participen en las propuestas e iniciativas de los demás grupos, instituciones, movimientos…

Pedimos una renovación de la Iglesia para que deje de lado la pastoral de mantenimiento y las estructuras y acciones que no funcionan. En vez de esto queremos una Iglesia en salida, volcada en la evangelización. También se pidió cuidar la pastoral juvenil, con salas de catequesis, música, carteles… atractivos, con una estética cuidada y juvenil.

Pregunta. Por lo que dices, el documento es fruto de un debate intenso, y sobre todo libre.

Respuesta. Sí. Se respetaron todas nuestras aportaciones. Las discrepancias que hubo se daban entre nosotros. Nunca hubo un adulto que nos influenciase. Había un moderador adulto por cada grupo, y nunca dieron su opinión particular en los debates. De hecho, el primer borrador que se redactó con las aportaciones de todos no gustó y se cambió. El segundo texto fue del agrado del pleno, pero aún así tuvimos ocasión de hacer de nuevo puntualizaciones y aportaciones que se recogieron en el documento final. Es el documento final de la reunión pre-sinodal de los jóvenes.

Estas propuestas de los jóvenes fueron recogidas por los organizadores del sínodo. Con ellas se elaboró el Instrumentum laboris, el documento base sobre el que trabajarán los padres sinodales. Este documento tiene tres grandes apartados: La primera parte bajo el epígrafe “Reconocer: la Iglesia en escucha de la realidad”. La segunda parte se articula bajo el verbo interpretar: “Interpretar: fe y discernimiento vocacional”. Y la tercera es “Elegir: caminos de conversión pastoral y misionera. Por último, el documento tiene una conclusión, también con tres apartados: “la vocación universal a la santidad”, “la juventud, un tiempo para la santidad” y “jóvenes santos y juventud de los santos”.