Crucificado

¿A quién buscas? ¿A Jesús? Mírale ahí, crucificado, por Amor a ti. Sin apariencia, sin presencia, desfigurado que no parece hombre, “sin aspecto humano, sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado”. Él carga sobre sí tus sufrimientos, tus dolores; ha sido traspasado por tus rebeliones, triturado por tus crímenes. Aceptó ser triturado con el sufrimiento, entregar su vida como expiación, por ti. Por ti, por ti… Y sus cicatrices te han curado.

Ana María MoyaCrucificado   https://youtu.be/rd5vpxZLZPs

Elena Fernández Andrés · https://twitter.com/poverellacm

Jesús es sepultado +  

“José de Arimatea, que esperaba también el Reino de Dios, tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús… Pilato le concedió el cadáver a José, quien, comprando un lienzo, lo envolvió y le puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro. María Magdalena y la otra María se fijaban dónde era puesto…” (Mc, 15, 43-47). José de Arimatea pensaría: “Todo ha terminado”. Pero las mujeres esperaban algo, se fijaban dónde ponían a Jesús. Quedémonos también nosotros cerca de esta tumba, con las mujeres…

ACTUALIDAD

Los condenados a cadena perpetua, los que permanecen en un internado desde niños por discapacidad, enfermedad mental… Los que viven su vida como aplastados por una losa, sin esperanza. Las personas que tienen un diagnóstico de una enfermedad que no tiene cura y esto les aterroriza. Las personas que han sufrido abusos que han sepultado su corazón. Los que viven con una pena profunda por la pérdida de un ser querido y no han conseguido salir de la depresión.

TÚ, YO, NOSOTROS

Sepultamos al Señor cuando lo… escondemos. Y lo escondemos de muchas maneras; cada uno debe descubrir la suya. Esa manera de desactivar el Evangelio, de deformar el rostro de Jesús, de envolverlo bajo normas y reglas, bajo compromisos bien construidos pero a los que les falta el alma.

Señor Jesús, concédeme el coraje de la esperanza. Quiero permanecer al lado de las mujeres que representan la esperanza, cuando todo parecía haber llegado a su fin. Quiero ser servidor de la esperanza. Creo en Jesucristo, Señor de la Vida. Espero la resurrección de los muertos y la vida eterna.

Montse de Javier · Comunidade Caná