El arzobispo, monseñor Julián Barrio, presidió este domingo la Eucaristía en la parroquia compostelana de San Fructuoso, televisada por la Televisión de Galicia (TVG). Al comienzo de la celebración, el arzobispo saludó especialmente a los niños, a los enfermos que siguen la Misa a través de la pantalla, a los que están solos y a todas las familias.
Monseñor Barrio indicó que en estos momentos de pandemia, el trabajo de los padres con los hijos es un excelente complemento a la catequesis.
En su homilía, el arzobispo recordó el sentido del Adviento, después de que unos niños hubiesen encendido la primera vela de la corona de Adviento.
Al comenzar este tiempo que nos llevará a la Navidad, hay que trabajar para alejar todo aquello que nos separa de Dios, dijo D. Julián.
El arzobispo aludió, además, a las tres venidas de Cristo: la histórica, la de cada día en la Eucaristía y en los pobres y la última y definitiva. Hay que estar, explicó, atentos y vigilantes en la esperanza, saliendo de los “letargos de la rutina”, sin dejarse llevar de falsas ideologías, para llegar al encuentro con Jesús en Belén, siendo sensibles con las necesidades de los que nos rodean y haciéndole presente en todas las circunstancias de nuestra vida.