El arzobispo de Santiago invita a “dejarse acariciar por el corazón de la Virgen” en la Misa solemne de Pastoriza

El Santuario de la Virgen de Pastoriza, en el concello coruñés de Arteixo, acogió este domingo 26 de octubre una multitudinaria Misa solemne en honor a la patrona local. La ceremonia, celebrada a las 13:00 horas, estuvo presidida por el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco José Prieto Fernández, y concelebrada por el párroco Manuel Á. Blanco.

Este año, la celebración cobró un significado especial al coincidir con el Jubileo Romano de 2025. El Santuario de Pastoriza ha sido designado como uno de los templos jubilares de la diócesis compostelana, y por ello, la cita fue también un momento de acción de gracias y renovación espiritual para toda la comunidad.

Durante la homilía, monseñor Prieto invitó a los presentes a dejarse acariciar por el corazón de la Virgen de Pastoriza, evocando la ternura y el consuelo que María representa para los creyentes.

El prelado también subrayó que el sentido de este Año Jubilar es vivir como “peregrinos en la esperanza”. Explicó que caminar en la fe implica reconocer que la vida tiene un horizonte, un propósito que se encuentra en la confianza en Dios, incluso cuando los deseos personales no se cumplen por completo. “Ser peregrino en la esperanza significa que tenemos horizonte, que tiene sentido lo que somos, lo que hacemos, lo que esperamos”, afirmó.

A partir del Evangelio de este domingo, monseñor Prieto reflexionó sobre la parábola del fariseo y el publicano, recordando que Dios valora la humildad y la verdad del corazón. En este sentido invitó a los fieles a vivir con sencillez y confianza y destacó que el publicano, al presentarse ante el Señor con humildad, “salió perdonado, renovado y acariciado por la misericordia de Dios”.

El arzobispo también recordó las palabras de María en las bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga”. Con esta cita, invitó a poner en práctica la Palabra de Cristo en su vida cotidiana, afirmando que la verdadera devoción mariana “debe llevarnos a escuchar con los oídos abiertos del corazón el Evangelio de Jesús” y a mirar a los demás “no por las apariencias, sino desde la compasión y el amor”.

Finalmente, mons. Prieto llamó a la unidad y a la superación de divisiones, apelando al espíritu cristiano como fuerza de comunión: “Tenemos que descubrirnos en un empeño común y compartido como cristianos, como hijos de Dios, como hijos de María, nuestra madre, Virgen de Pastoriza.”

Tras la Eucaristía, la imagen de la Virgen de Pastoriza fue llevada en procesión alrededor del Santuario, acompañada por los devotos, cánticos marianos y el sonido de la banda de música.

La jornada concluyó con la bendición final del arzobispo y un sincero agradecimiento del párroco Manuel Á. Blanco a todos los voluntarios, coros y feligreses que hicieron posible la celebración. En su despedida, monseñor Prieto volvió a recordar que la fe “no se queda dentro del templo”, sino que debe convertirse en vida compartida, en testimonio sencillo de cada día.