El arzobispo felicita a las Religiosas Auxiliares Parroquiales de Jesucristo Sacerdote en la Misa de Acción de Gracias por su fundador

  • Don José Pío Gurruchaga fue declarado Venerable por el Papa Francisco

El arzobispo, monseñor Julián Barrio, presidió este jueves la Eucaristía de Acción de Gracias por la declaración de Venerable del sacerdote José Pío Gurruchaga, fundador de la Congregación de las Religiosas Auxiliares Parroquiales de Jesucristo Sacerdote, que atienden los actos litúrgicos de la Catedral de Compostela. En la homilía de la Misa celebrada en la Catedral, el arzobispo felicitó a las religiosas: “¡Muchas felicidades, queridas religiosas Auxiliares parroquiales de Cristo Sacerdote!”. Monseñor Barrio indicó que la vida del fundador era un “un motivo para dar gracias a Dios. Se consideraba a sí mismo como un hombre de orar. Ciertamente fue de Dios y vivió para Dios. Se manifestó siempre con gran corazón pastoral. Se dedicó a la catequesis, formó asociaciones eucarísticas como gran devoto que fue de la Eucaristía, convocó jornadas litúrgicas, trabajó por la Acción Católica  y no olvidó la dimensión social de la fe fundando sindicatos católicos y creando una caja de socorro para los parados”.

Don Julián recordó algunos de los aspectos de Don José Pío Gurruchaga: “Él, gran maestro de espiritualidad, fundó en primer lugar a las Hijas de la Unión Apostólica  en 1916 que posteriormente se convertiría en las Auxiliares Parroquiales de Jesucristo Sacerdote. La clave que les daría a las primeras religiosas de la Congregación fue: “Mirar siempre a Cristo sacerdote, encomendándoles como quehacer la colaboración en lo material y en lo moral en las actividades parroquiales. Hoy la Congregación está en España, México, Argentina e Italia”.

En la fiesta litúrgica de Santa Catalina de Siena, el arzobispo indicó que “el camino de la santidad es sencillo. Pero a veces nos entra la megalomanía de querer ser santo haciendo milagros desde el primer momento y nos parece desprestigio la humillación, debilidad la obediencia, falta de personalidad la sencillez o el anonimato. Ni Santa Catalina de Siena ni el Venerable sacerdote José Pío lo entendieron así”.

“Sólo con la santidad se cambia el mundo: La cruz, la alegría de la Pascua, la contemplación nos ayudan a pensar siempre a Dios como Padre y vivir la existencia humana como gozosa filiación”, indicó D. Julián.

En el Año Santo de 1999 las religiosas Auxiliares Parroquiales comenzaron su labor en  la Catedral de Santiago dedicándose a la atención de la liturgia. La comunidad está formada actualmente por tres religiosas con una vida espiritualmente intensa, que tienen además por delante la ingente labor de velar diariamente por el buen desarrollo de la Misa del Peregrino. “Invitamos a los peregrinos a participar activamente como lectores, lo que toman como un  verdadero privilegio, pues se sienten esperados por Dios” afirmó una de las hermanas al presentar su testimonio en el congreso de Acogida Cristiana en el Camino (ACC).