El arzobispo de Compostela, monseñor Julian Barrio Barrio inauguró este lunes una nueva edición del Encuentro de sacerdotes, religiosos y religiosas del Camino de Santiago. Tras la apertura de la reunión por parte del deán de la Catedral de Santiago, Segundo Pérez López, el arzobispo pronunció una lección inaugural, titulada En camino hacia el Año Santo 2021, en la que aludió a la dimensión esencialmente religiosa y espiritual de la próxima cita jacobea.
“Las celebraciones de los Años Santos Compostelanos”, dijo, “han tenido una connotación espiritual y pastoral además de la cultural en las circunstancias del momento eclesial en que se celebra. El Año Santo es un acontecimiento de gracia para la ayuda de la realización integral de la persona con una antropología dinámica y dinamizadora y se contextualiza en la realidad socio-cultural-religiosa en la que la persona se está moviendo”.
Pero manifestó que “la santidad de una persona se mide con su caridad y por la dimensión social de la fe. Precisamente se convoca el Año Santo para cambiar las actitudes de las personas conforme al plan de Dios, favoreciendo su despertar religioso y espiritual como también modelar cristianamente las comunidades cristianas. El fortalecimiento de la esperanza en los bienes futuros animará la evangelización de la sociedad en consonancia con la rica tradición apostólica. La Iglesia ha de estar atenta a cuanto se mueve en la sociedad. En el actual cambio de época no se debe rehuir el riesgo de proponer juicios sobre nuestra sociedad”.
El arzobispo repasó los últimos años santos compostelanos y explicó que “en los dos últimos Años Santos de este milenio se ha subrayado que la gracia del Espíritu Santo es el principio y el fin de la vida peregrinante cristiana en la fe y en la esperanza. Queda como tarea del próximo Año Santo 2021 el proclamar que el peregrino cristiano por la fe y la esperanza está inmerso en la unión del Padre, el Hijo y el Espíritu y así es llevado a su plena consumación”.
Seguir a Cristo
Monseñor Barrio, tras hablar sobre las claves con las que el peregrino ha de interpretar la sinfonía del camino, cifró en el seguimiento de la persona de Cristo el verdadero sentido de la peregrinación: “Una verdadera transformación de las mentalidades y actitudes de la Iglesia en la pureza doctrinal deja paso a un seguimiento de Jesús. El hombre, ser-en-el-tiempo, ha de ir haciéndose sucesivamente. Al ser humano le corresponde la condición de peregrino: es homo viator. Gracias a la respuesta de Jesús a Tomás, el cristiano peregrino conoce el camino: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí” (Jn 14,3-6). Cristo se ha convertido en nuestro camino, porque se ha hecho hombre, semejante a nosotros, porque Él mismo ha recorrido nuestro camino. Cristo y el camino no pueden separarse. El propio Jesús es el peregrino, que recorre el camino a nuestro lado, nos guía, ilumina nuestro camino, porque Él es la verdad y nos deja su vida, que mediante la Resurrección es eterna e imperecedera. El camino no es ningún tipo de dictamen para conducir nuestra vida, sino una persona”.
Invitados
Al encuentro de este año ha sido invitado el sacerdote riojano Don Jesús Merino Morga, canónigo de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada. Merino hablará sobre cómo acoger en la parroquia, poniendo como ejemplo la labor que desempeñan en la Seo calceatense en la que precisamente este año celebran el jubileo por el milenario del nacimiento del santo.
En la segundo jornada se planteará una mesa redonda en la que el Hermano Federico Albini (OFMCap) de León, Sor Aurora (F.d.C.) de Carrión de los Condes, la Hermana Pilinchi Romero (R.S.C.J.) de Santiago de Compostela y el Padre Daniel Fernández (S.M.) de Sahagún expondrán en un panel sus experiencias de acogida a los peregrinos dentro de sus comunidades.