En la ultima catequesis sobre San José el Papa ha dicho estas palabras: José ha unido la acción al silencio. Él no ha hablado, pero ha hecho, y nos ha mostrado así lo que un día Jesús dijo a sus discípulos: ‘No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial’
El camino físico y también la vida misma requieren logística. San José, a lo largo de su vida, tuvo que hacer mucha logística evangélica para poder caminar sin descanso, viviendo de la providencia y poder proteger a Jesús niño. Porque la acción es propia de aquellos que en el camino se ocupan de la logística del grupo. ¡Y vaya grupo el de José!
Santiago Apostol también fue un gran logístico evangélico. Se marchó sin bolsa de dinero, sin sandalias o manto de repuesto y llegó al Finisterrae conocido en su época. Su equipo de refuerzo logístico fue María, que se le apareció en Zaragoza para fortalecerlo, haciendo así que el Evangelio llegase hasta aquí y hasta nuestros días. Gracias a esa gran empresa logística que es el Evangelio, (que cuenta con tan buenos empleados del milenio), alrededor de la figura de Cristo, con María y José (pues su matrimonio los hace una sola carne para siempre) y con el ímpetu del amigo del Señor, surge lo que hoy conocemos como el Camino de Santiago.
En el Camino de Santiago y en la vida, Adviento y Navidad se viven en comunidad. Estos días muchas personas se dedican a preparar regalos y alimentos para aquellos que más lo necesitan. Esa ayuda se presta todo el año en lo “escondido”, pero estos días con fuerzas renovadas se hace públicamente.
Como se contaba en el Correo Gallego, desde hace unos días la Cocina Económica de Santiago y el Albergue Juan XXIII (pero en Coruña y Pontevedra son otras iniciativas similares) están que arden buscando acompañar no solo con comida, higiene y cama a quien llame a sus puertas, muchos de ellos, ya durante demasiado tiempo necesitados de apoyo, pero otros, quizás, recién llegados.
Esta y otras actividades en Santiago se hacen al calor de nuestro Apostol, y más en estos días que la logística de la Iglesia ha hecho llegar, desde el lugar en que la tradición indica que nació Jesús en Belén, una pequeña luz para compartir con todo aquellos que la quieran recibir. Luz que está repartiéndose ya en muchas parroquias.
Estos y otros muchos gestos concretos se van a seguir haciendo por muchas personas y familias, en consonancia con los que durante el tercer domingo de Adviento propuso el Papa Francisco que se realizasen, pues nos permitirán hacer la voluntad del Padre celestial y disfrutar, ya aquí, un poco, del Reino de los cielos.
A todos y todas
Disfrutad de la logística que nos prepara el Evangelio cada día.
Y preparad una Feliz Navidad!!!
MAJOLU