Yanet salió de su tierra. Pongamos que nació en un lindo país centroamericano. Con grandes sacrificios comenzó sus estudios universitarios y sueña con acabar una buena carrera de Ciencias. No puede dar muchos datos sobre sí misma porque la corrupción y las ideologías en su patria la pondrían en peligro. Como muchos de sus compatriotas, ha visto marchar a gran parte de su familia hacia España y otros lugares.
Hace pocos días aterrizó en la provincia de A Coruña. Quienes la acogieron, recordaban la emigración de antepasados suyos al mismo lugar unos cien años atrás. Ahora le llaman “karma” a esas vueltas que da la vida: hace tiempo, alguien hizo algo por ti o por alguno de los tuyos. Una buena acogida. De repente, aparece la oportunidad de devolver ese favor.
La jornada del emigrante y el refugiado que la Iglesia celebra este domingo habla de construir juntos el futuro. Ennobleciendo la cultura y el espíritu. Conocernos mejor; apreciar la belleza de nuestra diversidad; ayudarnos. Yanet redescubrió emocionada parte de su esencia al llegar a otro país. Quienes la acompañan, festejan hoy el hallazgo de un tesoro.
Adjuntamos un audio con el testimonio de Yanet para la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado