El Papa Francisco ha concedido a la ciudad de Santiago un año santo de jubileo para conmemorar los 500 años del voto de la ciudad a San Roque. Dará comienzo el 16 de agosto, el día de su fiesta, con una renovación especial del voto de la ciudad por parte de los regidores y el pueblo de Santiago.
Este jubileo había sido solicitado con motivo del 500 aniversario del voto de toda la ciudad -cabildo y ayuntamiento- a San Roque para que librara a la ciudad de la peste tremenda peste bubónica de comienzos del siglo XVI.
Entre los actos que se celebrarán durante el Año Santo, está prevista la tradicional procesión del Santo por las calles de Santiago, la organización de eventos culturales y religiosos, y en general a devolver a la capilla de San Roque el esplendor y el culto. San Roque debe de ser siempre una bendición para la ciudad. Este año nos invita a la Eucaristía, a la misericordia, al perdón y al agradecimiento, y a la gracia jubilar que la Iglesia pone a nuestro alcance.
La indulgencia plenaria, con las condiciones habituales, podrá ser recibida por todos los fieles que participen en alguna función o piadoso ejercicio en la capilla de San Roque, o bien oren un tiempo ante el Santísimo Sacramento. Y extiende la concesión a los enfermos que ofrezcan a Dios sus dolores y se unan espiritualmente a los actos.
Las condiciones habituales para ganar la indulgencia plenaria son: confesión sacramental, comunión eucarística y una oración por el Romano Pontífice. A lo que se añade el rezo de un Padrenuestro, del Credo y sendas invocaciones a la Santísima Virgen y a nuestro señor San Roque. Y obras de caridad: Porque no nos podemos quedar mirando la vida de san Roque sin olvidar su bastón de peregrino, su alcuza de los remedios médicos que nos invitan a caminar y difundir el bien a nuestro paso.
¿Y el perro? Melampo -que así se llama- es más que un detalle simpático. Ese perrito atento y servicial, es la personificación de la divina providencia, que cumple siempre sus planes benéficos sirviéndose de todo.