Entrevista con Slawek Kondzior, párroco polaco de Oza dos Ríos

Aunque es el sacerdote el que va a ser entrevistado, Slawek Kondzior lanza la primera pregunta en cuanto el periodista se introduce en la pequeña iglesia de San Pedro de Oza dos Ríos.

—Pero, ¿no estás triste?

—¿Yo? ¿Triste? ¿Por qué debería estarlo?

—Hombre, yo soy polaco, pero tú eres español.

—¿Por lo de Marruecos? Ah, no, es solo fútbol.

El encuentro se produce el miércoles 7, apenas unas horas después de la tragedia hispana en Catar. Y entonces, con un marcado acento eslavo, este hombre de 52 años esgrime que, con Polonia eliminada, ahora le queda Argentina, país donde trabajó durante 15 años. Podría decirse que Messi y él cruzaron sus vidas. «Cuando yo empecé en Argentina, en una zona próxima a las cataratas del Iguazú, Messi debutó en el Barcelona», argumenta. El fútbol va y viene en la conversación, pero lo aparcamos temporalmente para intentar saber qué pasa entre Polonia y esta parroquia de Oza-Cesuras, donde Slawek tomó hace dos años el relevo de su compatriota Kristian Bolkowski, que pasó aquí algo menos de un lustro. El párroco actual descubrió Galicia en el 2015. «Durante unas vacaciones hice el Camino Portugués y celebré misa en Santiago, alguien me dijo allí que por el norte de Galicia había muchas parroquias sin sacerdote, entonces empecé a estudiar la posibilidad», recuerda.

Su periplo argentino concluyó en el 2020 y preparó las maletas rumbo a Polonia. Pero acabó haciendo escala definitiva en esta aldea, intercambiando el puesto con Bolkowski, que empezaba una nueva etapa en el sur del continente americano.

Pero el actual párroco no pudo tener un peor estreno en Oza dos Ríos. «Llegué en plena pandemia, daba las misas yo solo o con muy poca gente, no podía reconocer el rostro de mis feligreses por las mascarillas, no había corrillos tras la misa, fue un proceso lento», explica. Cuando las restricciones se relajaron y se bajaron las mascarillas, el párroco notó una gran aceptación por parte de los vecinos. «Les extrañó que a un cura polaco le siguiera otro del mismo país, pero ellos mismos saben que no sobran curas, lo entendieron perfectamente», indica el padre Kondzior, que lleva diez iglesias y seis capillas. «Pero apenas doy 3 o 4 misas los domingos y alguna los sábados, es imposible atender todas las parroquias al cien por cien».

Le encanta Galicia. «Tengo el océano a 20 minutos y puedo practicar esquí en San Isidro, a pocas horas de aquí, los paisajes son maravillosos, y hay unos templos magníficos del siglo XIII o XIV, y eso sin hablar de la comida», enumera. Sobre la gente, tras la pandemia descubrió que a sus feligreses sí les gusta reunirse. «Creo que los bares triunfan más que las reuniones familiares», ironiza este sacerdote que se quedó sorprendido con la gran afluencia de público a la última romería de Bandoxa, una de las más populares de la comarca.

Cinco hermanos

Respecto a su vida en Polonia, el destino le guardó un curioso y emotivo momento como cura. Tiene cinco hermanos. «Dos de ellas viven en Chicago, el resto en Polonia. Nuestra mamá murió con 49 años y con el tiempo mi papá rehízo su vida con una mujer viuda. Yo los casé en el 2002, fue algo muy especial para mí».

La conversación nos devuelve a Argentina, donde se encontraba en el 2013 cuando José María Bergoglio fue elegido papa. «Recuerdo estar tocando las campanas de mi parroquia con muchísima alegría. En el país decían tenemos a Maradona, a Messi y ahora a un papa argentino, ¿podemos pedir más. Ese mismo año el cura polaco fue uno de los sacerdotes que concelebró la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro junto a Francisco I. «Y tres años después volvimos a coincidir en la de Cracovia», apostilla.

Imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, en la iglesia de San Pedro de Oza dos Ríos

Imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, en la iglesia de San Pedro de Oza dos Ríos Toni Silva

 

La Virgen de Luján

«No vayas a pensar que mezclo oración con fútbol, pero sí me gustar ver a esos jugadores que hacen la señal de la cruz cuando entran al campo», indica. Como si se hubiera guardado un secreto hasta el final de la conversación, el padre Kondzior señala una imagen colgada en un lateral de la iglesia de San Pedro de Oza dos Ríos. «Cuando llegué aquí y la vi me emocionó mucho, parecía una señal, es la Virgen de Luján, la patrona de Argentina», confiesa. «Luego supe que la habían traído unos emigrantes gallegos en los años 60».

Tras una calurosa despedida y cuando el periodista ya tiene medio cuerpo fuera del templo de espaldas al sacerdote, este le lanza otra pregunta:

 

Fuente: La Voz de Galicia