Fallece la religiosa de Lousame Josefina Castro, gran apasionada del baloncesto

No solo deja huella en su tierra natal, Lousame, sino que el fallecimiento de Josefina Castro ha provocado un hondo pesar en Avilés, ciudad asturiana en la que vivió durante muchos años y en la que tuvo contacto estrecho con niños de varias generaciones. Aunque eligió el camino religioso y fue monja de clausura, decidió compaginarlo con el pedagógico y ejerció de profesora en el colegio Paula Frassinetti, donde sigue siendo recordada por su faceta deportiva, en la que fue precursora, pues introdujo el baloncesto femenino en la zona.

Conoció el deporte cuando era niña en Silvarredonda, la aldea en la que nació y que casualmente está en las proximidades de las minas de San Finx. Tenía acceso a las instalaciones construidas en el interior del poblado minero y en ellas practicaba diversas disciplinas junto a otros niños del lugar. En el colegio de Pontevedra en el que se formó continuó con esta afición, que incluso fue quien de trasladar a otras compañeras de pupitre.

Después, a la vocación deportiva se sumaron la docente y la religiosa y, ya como monja profesora, siempre buscaba en el entorno de los colegios en los que impartía clases algún lugar al que poder llevar a sus alumnas. Tras impartir clases durante una década en Tui, se trasladó e Avilés y, como el colegio no tenía espacio, montaba un campo de voleibol en la carretera, atando una cuerda a un árbol y una ventana.

Nada más llegar al Paula Frassinetti, donde estuvo casi medio siglo ejerciendo la docencia, dejó aflorar su pasión por el baloncesto. Empezó abriendo zanjas en la tierra con la ayuda de sus alumnas para marcar las líneas del campo y acabó obteniendo el título de entrenadora y ganándose el respeto de en un mundo dominado por los hombres. Ella es la responsable de que el Paula Frassinetti tenga una de las mejores canteras de baloncesto femenino de todas Asturias.

En Avilés es y será siempre recordada como una mujer adelantada a su tiempo, que hizo una gran labor por el deporte femenino. Ese mérito también es reconocido por los que en el pasado fueron sus vecinos en Silvarredonda, lugar al que regresó en numerosas ocasiones y donde todavía tiene familia.

Pese a ello, Josefina Castro no pasó en Lousame la última etapa de su vida. Cuando se jubiló, a los 82 años, se trasladó a la residencia de las hermanas Doroteas de Tui, donde falleció. Sus restos mortales fueron incinerados en la tarde de ayer, tras un funeral. Está previsto que las cenizas reposen en el cementerio que tiene el centro religioso.

 

Fuente: La Voz de Galicia