Frangullas de convivencia familiar: viernes 8

“Papá, ¿me das permiso? -Que te lo diga tu madre. Mamá, ¿me das permiso? -Que te lo diga tu padre”. O también: “Tu padre te da permiso, pero yo no estoy de acuerdo. Tu madre te lo permite, pero yo considero que…” Para vuestro hijo es mejor que los dos le permitáis algo que puede no ser tan perfecto a que os vea enfrentados. Con vuestra actitud disonante le transmitís una pugna por ser su progenitor predilecto, desautorizando al otro como padre. Vuestros hijos necesitan siempre a sus dos padres por igual, incluso aunque ya no convivan como cónyuges.

 

Amplitud mental, para no encerrarse con obsesión en unas pocas ideas, y flexibilidad para poder modificar o completar las propias opiniones. Es posible que, de mi pensamiento y del pensamiento del otro pueda surgir una nueva síntesis que nos enriquezca a los dos (Francisco, La alegría del amor, 139)

 

Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; educadlos, más bien en la disciplina y con la exhortación de Dios (Ef. 6,4).