José Luis Vázquez, director de la Escolanía de la Catedral: «Santiago debería ser un hervidero de música y apostar por savia nueva»

Dedicó media vida a la química, pero su enorme afición a la música acabó imponiéndose. José Luis Vázquez López (Santiago, 1960) acredita una amplia experiencia y maestría en la dirección coral. Cuando la Catedral compostelana lo incorpora como salmista, recibe el encargo de refundar la Escolanía, agrupación que cumple quince años con una amplia nómina de voces, treinta y dos, de las que solo cuatro son niños. ¿Qué pasa con ellos?: «Eso me gustaría saber a mí. Mi sensación es que antes se cantaba más. También se trabajaba más la música en la etapa escolar. En Peleteiro, cuando yo estudiaba, había dos coros —uno dirigido por Atilano Pereira y otro por Santos Bartolomé— y la rondalla», responde Vázquez, que hace unos años también puso en marcha el Coro Cardenal Quiroga. Se trata de una agrupación que hoy dispone de cincuenta y tres voces adultas, con diez bajos y nueve tenores; una plantilla equilibrada de la que no se queja «nada», matiza.

«La labor social que hacen los coros es fundamental, usando la música como vínculo de unión. Me gustaría que hubiese más y con gente más joven, porque la media de edad es alta. Una ciudad universitaria como la nuestra debería apostar por savia nueva. Santiago debería ser un hervidero de música, incluso una exigencia», según declara con rotundidad. Sobre las posibles diferencias a la hora de dirigir a niños y adultos, Vázquez indica que los primeros son mucho más versátiles. «Con los niños puedes construir muchas cosas. Con adultos es más difícil avanzar, porque su capacidad de aprendizaje es menor», sostiene.

Antes de Navidad la Escolanía de la Catedral y otros coros realizaron un concierto con la Real Filharmonía de Galicia, que dirigió Marco Frisina en el Auditorio de Galicia. «Para nosotros fue algo fantástico. Era volver a hacer música con alguien tan interesante como Frisina. Y un reto estar nuevamente con la RFG. El resultado fue bueno y la respuesta del público, extraordinaria. Recibí muchas felicitaciones por la actuación de la Escolanía. Lo cierto es que nos gustaría hacer más cosas con la orquesta», según señala su director.

Entre cantar y dirigir, a José Luis le gustan ambas: «Poder cantar por ti mismo me parece algo indescriptible. Y cuando diriges estás utilizando otra gente como instrumento. Al principio me provocaba desasosiego cuando levantaba los brazos y me preguntaba: ¿entrarán o no entrarán?». Sin embargo, confiesa que cuando él canta en las celebraciones solemnes de la Catedral, no se emociona especialmente. «Son muchos años cantando solo, aunque sigo teniendo un punto de nervios. Ahora bien, poder cantar en la Catedral es un privilegio muy especial», matiza el salmista.

Aunque la química —es licenciado por la Universidade de Santiago — ocupó la primera parte de su vida laboral, dedicado al mundo del agua —«el sistema de ozonización de la planta depuradora de agua potable del río Tambre lo puse en marcha yo», advierte—, la afición musical lo acompañó desde niño. «Al comienzo de los estudios universitarios fui directamente a hablar con el padre Feijóo, en San Francisco; me hizo una prueba y entré. También estuve en el Coro Universitario, que dirigía Juan Carlos Dorgambide, y en el Colegium Compostellanum, que dirigía Maximino Zumalave», tal como rememora José Luis Vázquez, que hizo solfeo y varios años de piano, además de cursos de canto profesional.

 

Fuente: La Voz de Galicia