“Es el primer santo moderno de la Historia, con un carisma natural, viviendo la santidad en medio del mundo”, explica sobre san Roque el vicario de la capilla dedicada a este santo en Santiago de Compostela, Carlos Carrasco.
Y glosa sobre san Roque que toda su vida la dedicó a hacer una peregrinación, de ida y vuelta, a Roma. Un peregrino que ponía a disposición del prójimo sus conocimientos médicos. Un cristiano muy unido al Papa y atento a la divina Providencia. Es un santo muy adecuado como modelo para los “jóvenes por su espíritu libre y aventurero, audaz y valiente. Hacía el bien allí donde se encontraba”, señala Carrasco.
Con motivo de los 500 años en que la ciudad de Santiago hizo un voto a san Roque para que la librase de la peste negra, peste bubónica o muerte negra, -la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Europa en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1346 y 1361, matando a un tercio de la población continental-, el papa Francisco ha declarado un Año Jubilar hasta el 16 de agosto de 2018 en esta capilla situada en el barrio santiagués del mismo nombre y al lado del antiguo hospital de san Roque. Para Carlos Carrasco es “una feliz coincidencia en la que se ve la mano de Dios. Casi sin buscarlo, el Jubileo de san Roque es una fuente de gracias que apoyó el papa Francisco”.
Rodríguez y Carrasco en uno de los bancos laterales de la capilla de san Roque.
Esta capilla de san Roque, dependiente de la iglesia cercana de san Miguel dos Agros, está abierta en horario de mañana y tarde (10.30-13.30 y 16.00-20.00 horas) con una misa diaria a las 19.30 horas. Además hay dos horas diarias de exposición con el Santísimo Sacramento y los jueves toda la jornada.
La capilla está siendo muy visitada por los peregrinos que ya incluyen este encuentro con su protector en su estancia en Santiago. Se han impreso unos carteles en el marco de las actividades del Año Jubilar que animan así a los peregrinos: “Corona tu peregrinación a Santiago ganando el Jubileo de san Roque”. Y muchos lo hacen, así como otras personas se acercan a la capilla “a limpiarse por dentro que es lo prioritario”, como dice Emilio Rodríguez Sánchez, secretario de la Cofradía de san Roque.
Emilio recuerda los servicios prestados por la cofradía desde que se fundó en el año 1.700. Y señala una bula papal de esa época que pertenece a la cofradía y que se enmarcó y ahora luce en una de las paredes del templo, cerca del retablo, recientemente restaurado, de Nuestra Señora de Montserrat.
La historia de cinco siglos de relación de la ciudad compostelana con san Roque comenzó cuando en el siglo XVIII la peste negra o bubónica entró en Galicia por las tripulaciones de los barcos y por los extranjeros, recuerda Rodríguez Sánchez. Entonces se prometió al santo que si les libraba de la peste, se construiría una capilla en su honor fuera de los muros de la ciudad.
Pero Compostela olvidó tal promesa, cuando se alejó de ella la peste. Entonces, estaba en construcción el claustro de la Catedral y esto absorbía los recursos y era la prioridad. Hubo de volver la enfermedad a asolar Compostela, 50 años más tarde, para que se pusieran a la obra de construir la actual capilla. Hoy luce un espléndido retablo barroco de Simón Rodríguez y una imagen de san Roque cuya autoría es de Gambino.
En detalle, esta tradición viene desde el año 1517, cuando varias pestes asolaron la ciudad, motivo por el que el Cabildo de la Catedral y los regidores de Compostela decidieron levantar a la entrada de la ciudad, en la parte Norte, una capilla dedicada a San Roque para que intercediera y evitara la llegada de la epidemia.
La capilla de San Roque, cuyo acuerdo de construcción se remonta a 1520, fue dedicada al santo mencionado como un gesto de agradecimiento ya que libró de la peste a Santiago de Compostela.
El templo sufrió varias restauraciones, por lo que queda muy poco de su obra primitiva.
Destaca en su interior el Retablo diseñado por el famoso arquitecto gallego Simón Rodríguez cuya realización llevó a cabo alrededor del año 1742. Es una impresionante obra del barroco compostelano que destaca por su profundidad, que alcanza los cuatro metros.
Tras ellos, una guía de los santos vinculados a la salud que están en el retablo de Simón Rodríguez.
Simón Rodríguez (1679 – 1752), es uno de los grandes artífices del Barroco gallego. Destaca su labor en la ciudad de Santiago de Compostela, sobre todo en la fachada del Convento de Santa Clara.
El secretario de la Cofradía de san Roque echa de menos la ceremonia al patrono que tenía lugar en Santiago cada 16 de agosto. El Cabildo catedralicio en pleno, precedido de las chirimías, subía desde la Catedral, plaza de la Inmaculada, para celebrar una misa solemne en la capilla a las 10 de la mañana. Un hora más tarde volvían en procesión y, en la plaza de Cervantes, se encontraban con la Corporación Municipal acompañada de los maceros.
Emilio Rodríguez y todos los cofrades sueñan con que se vuelva a repetir esta ceremonia anual como correspondencia al cumplimiento del voto que hizo la ciudad de Santiago a su Patrón.
La cofradía está empeñada en que la gente conozca la existencia de este Año Jubilar y que se aproveche de ello. Por eso han organizado una pequeña exposición de libros y láminas relativas a san Roque y han impreso folletos con oraciones para niños y adultos. Además están organizando un programa de actos culturales que lleven más lejos el conocimiento de la figura de este santo y de los beneficios que trae consigo ganar el Jubileo de san Roque con las condiciones habituales. El sacerdote y vicario de la capilla, Carlos Carrasco, manifiesta que con que se convierta una sola persona ya habrá valido la pena organizar todo esto. Y ya se producen conversiones, como la de alguna persona que ha acudido al sacramento de la confesión tras 40 años apartado de su práctica.
Entre las necesidades de la capilla de san Roque, Carrasco apunta dotarla de una calefacción ya que es un lugar muy frío en invierno. Para ello están buscando colaboración con el fin de instalar una calefacción de suelo radiante que haga agradable la estancia en el templo. Además, el pequeño retablo, de la derecha, que preside una urna donde está habitualmente la imagen de san Roque, precisa ser restaurado. Recientemente se hizo esto con el de la izquierda que preside Nuestra Señora de Montserrat. Como dice el secretario de la Cofradía de San Roque, Emilio Rodríguez: “Toda la iglesia de san Roque es un verdadero museo”.
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