La comunión de los celiacos

En plena época de primeras comuniones, debemos tener en cuenta que cada vez son más las personas afectadas por la enfermedad celiaca; es por ello que debemos conocer las orientaciones de la la iglesia con respecto a esta cuestión para poder informar, acoger y orientar a todas las personas que padezcan esta enfermedad, ya sean niños, jóvenes o adultos.

La Congregación para la doctrina de la fe ya ha emitido dos cartas circulares al respecto (1995 y 2003), puntualizando que:

  1. Las hostias sin nada de gluten son materia inválida para la Eucaristía.
  2. Son materia válida las hostias con la mínima cantidad de gluten necesaria.

Ha sido el año pasado, en 2017, cuando la Congregación para el culto divino y disciplina de los sacramentos, también en forma de carta circular, expresando su preocupación por el proceso de fabricación de las hostias y recordando que éstas solo son válidas si contienen gluten, aunque solo sea una mínima cantidad.

Para ello es muy interesante consultar la web de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), donde se explica perfectamente que hoy en día la celiaquía no debería ser un problema para que los niños o adultos puedan participar de este sacramento, ya que existen en el mercado hostias con una cantidad mínima de gluten, que permiten al niño comulgar con total seguridad. Para certificar que estas hostias están realmente libres de gluten, FACE las ha analizado y ha comprobado que poseen menos de 20ppm de gluten, cantidad que el celiaco puede tolerar sin ningún tipo de síntoma.

Sensibles a esta realidad podemos informar a las personas que padecen celiaquía o incluso a alérgicos o intolerantes al gluten pero que no padecen dicha enfermedad.

Dicho esto, los celiacos deben informar a su párroco sobre su situación para que este pueda adquirir las hostias válidas para la celebración de la Eucaristía. Si quien las provee es el fiel, compruébese que las formas son las apropiadas, y no las que contienen 0% de gluten.

Es obvio que las formas que han de ser consagradas deben estar sobre el altar durante la liturgia eucarística para su consagración, pero es necesario prestar especial atención a la manipulación de las hostias para las personas celiacas. La Comisión Episcopal de Liturgia establece unas normas bastante claras al respecto: las formas sin gluten deben manipularse antes que las habituales y colocarse de forma separada en una píxide cerrada y fácilmente reconocible para evitar confusiones y en la Eucaristía, antes de dar la Comunión al celiaco, el sacerdote deberá lavarse las manos si se ha tenido contacto con las hostias comunes; por otra parte, si por alguna cuestión no se pudiese comprobar la idoneidad de la forma que nos ha traído un fiel es preferible dar la comunión bajo las dos especies por intinción. Por último, la solución para aquellas personas que ni siquiera toleran esas formas con un mínimo de gluten deben comunicarlo antes para recibir la comunión con el cáliz, un cáliz sobre el que no se hace la inmixtión.

Fuente: www.liturxia.com