¿Está el Espíritu Santo entre los mejores amigos? Y si lo está …¿Nos empeñamos en enjaular al mismo Espíritu?
El Papa estos días, hablando del amor de Dios, nos dice que cuando se quiere regular todo, se enjaula al Espíritu Santo y esa jaula genera la muerte de cualquier actividad, por muy cristiana que sea su denominación. Por ello, el Papa nos propone en el día a día, que dejemos libertad y creatividad al Espíritu para que Él pueda guiarnos a dónde mejor le parezca.
Y una de las formas de dar libertad al Espíritu es poner en práctica la cultura del encuentro. La cultura del encuentro, de la que tanto habla el Papa, es un momento en el que decidimos arriesgarnos y abrirnos a los demás, creyendo que en esa apertura encontraremos amigos, hermanos y hermanas. La cultura del encuentro se puede vivir como un tránsito por la vida que nos dirige a un proceso de aprendizaje. La cultura del encuentro nos permite también conocernos y descubrir un poco mejor quienes somos.
El encuentro es creativo como el Espíritu que lo guía, se puede dar en todas partes y en todo momento. El Papa estos días lo ha referido al encuentro entre miembros de distintas religiones, y al encuentro con los migrantes, que llegan destrozados e ignorando que su entrada en Europa no es el final de ningún camino sino el inicio de un largo período de acogida que precisa mucha libertad e intuición por parte de todos.
Cada uno de nosotros, en el día a día, tenemos momentos en los que podemos dejar que nuestro amigo el Espíritu Santo nos de creatividad y libertad para ejercer la cultura del encuentro y crear nuevas amistades, y así saber dónde está ese amigo mio.