La entretela: El amor sin motivo de una persona enamorada

El Papa empieza el año atento a tantas situaciones diversas, recibiendo a todos. Algunos llegan como miembros de la Iglesia, otros llegan a él como consecuencia de su condición de jefe de estado o lider político, para todos ellos con diversidad de expresiones, el Papa con sus discursos y catequesis nos dirige palabras de conversión.

En el ciclo de catequesis dedicado a los vicios y virtudes, estos días el Papa, se ha centrado en la gula y la lujuria incidiendo en sus semejanzas. Sobre la gula son destacables las siguientes palabras, que nos centran en que la gula no debe visualizarse como el afán de comer desmesuradamente, si no en cualquier apetito desenfrenado hacia los bienes del planeta y dice “ Si lo leemos desde un punto de vista social, la gula es quizás el vicio más peligroso, que está matando al planeta. Porque el pecado de quien cede ante un trozo de pastel, en definitiva, no causa grandes daños, pero la voracidad con la que nos hemos desatado, desde hace algunos siglos, hacia los bienes del planeta está comprometiendo el futuro de todos. Nos abalanzamos sobre todo, para convertirnos en dueños de todo, mientras que todo había sido entregado a nuestra custodia, ¡no a nuestra explotación! He aquí, pues, el gran pecado, la furia del vientre: hemos abjurado del nombre de hombres, para asumir otro, “consumidores”. Y hoy se dice así en la vida social: los “consumidores”. Ni siquiera nos hemos dado cuenta de que alguien ha empezado a llamarnos así.

Por su parte, la lujuria es para el Papa la “”voracidad” hacia otra persona, es decir, el vínculo envenenado que los seres humanos mantienen entre sí, especialmente en el ámbito de la sexualidad.

Y si ambos vicios comparten la característica de la voracidad, para el Papa ambos se pueden combatir con el amor. Dice el Papa en relación a la lujuria “Una persona enamorada se vuelve generosa, disfruta haciendo regalos, escribe cartas y poemas. Deja de pensar en sí misma para proyectarse completamente hacia el otro. Es bello esto. Y si le preguntas a una persona enamorada: “¿por qué amas tú?”, no encontrará respuesta: en muchos sentidos, el suyo es un amor incondicional, sin motivo. Paciencia si ese amor, tan poderoso, es también un poco ingenuo: el enamorado no conoce realmente el rostro de la otra persona, tiende a idealizarla, está dispuesto a hacer promesas cuyo peso no capta inmediatamente.” Pero para el Papa la verdad del amor es cualquier acto por pequeño que parezca… y así se lo transmite al movimiento “centinelas de la santa familia” que se dedica a algo que dice el Papa “podría resultar risible”, pues se trata de recitar cada día una decena del rosario por amor al mundo y, sin embargo, dice el Papa que esta oración es importante a los ojos de Dios pues la oración de petición e intercesión dirigida a la Virgen hecha con la la disposición de conformarse a ella, a su maternidad, a unirse a la oración de intercesión de la madre, por todos los hijos de la Iglesia y por el mundo, es importante. Y añade el Papa que así es la maternidad de la Iglesia, así hacen las madres “Saben superar obstáculos y conflictos, saben infundir paz. Se arriesgan a transformar la adversidad en oportunidad de renacimiento y en oportunidad de crecimiento” y esto dice el Papa permite ayudar a las personas a descubrir el sentido de aquello que viven, y de conservar siempre la esperanza y la fe en el futuro. Así son el amor y la ternura de quien está enamorado; encarnando la ternura de María por la Iglesia y por el mundo

María Puy