“La experiencia Panikkar” de Juan Antonio Testón Turiel

Raimon Panikkar es uno de los grandes pensadores españoles del siglo XX, considerado un filósofo, un teólogo y un místico. Hombre multicultural, multireligioso, a medio camino entre diversas religiones y culturas. Pertenece tanto a la tradición occidental, en cuanto cristiana y secular, como a la oriental, en cuanto hindú y buddhista. En el pensamiento de Raimon Panikkar la espiritualidad es la expresión de la vida humana, que superando la antropología dualista, se deja vivificar por el espíritu como símbolo de una tercera dimensión en la que el hombre es consciente de vivir. La espiritualidad es una encarnación de una actitud religiosa particular que es capaz de dar una visión más profunda y plena de la realidad. La espiritualidad no puede estar ceñida a ninguna cultura o religión, es como una carta de navegación para moverse por el mar de la existencia humana, y debe abarcar todos los caminos, sensibilidades y concepciones humanas de la vida. Panikkar es partidario de una espiritualidad integral y universal. Llega a este planteamiento después de haber experimentado las espiritualidades cristiana, hindú y buddhista. Así, la religión es una dimensión constitutiva del ser del hombre y la espiritualidad, una expresión de la misma. En tal sentido, nuestro autor se muestra profundamente crítico con el concepto moderno de religión en el cual se concibe la religión únicamente como una institución social. La religión es una relación vital del hombre con la Divinidad, es una forma de vida, una manera de ver las cosas y de reaccionar ante ellas. Se puede definir como una virtud moral o como un conjunto de prácticas religiosas. Es una dependencia de Dios que lleva a la unión con él.
La experiencia de la vida se muestra en la mística y espiritualidad cosmoteándricas. Panikkar dirá que necesitamos de la mística cosmoteándrica para llegar de verdad a lo que es la realidad, ya que la mística cosmoteándrica está en relación con la Nueva Inocencia, que es una verdadera actitud espiritual pero también filosófica. La mística hace surgir la Nueva Inocencia que llega después de la primera inocencia que se había perdido por aceptar un conocimiento desvinculado del amor y por una falta de respeto al misterio. El que mejor experimenta y vive el ideal filosófico y de hombre espiritual es el monje. Entendido éste como un arquetipo humano al que todos pueden acceder. Es el ideal del hombre místico, contemplativo y sabio. Así, la vida monástica no es un estado religioso sino una dimensión constitutiva de la vida, que se puede aplicar a cualquier ser humano. Ésta es la Experiencia Panikkar.