“Los emigrantes y refugiados llaman a nuestra puerta por instinto de vida y ansias de libertad” (José Luis Pinilla)

El jesuita cerró el ciclo de conferencias en Santiago

El director del secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones, José Luís Pinilla, cerró en Santiago de Compostela el ciclo de conferencia organizadas por Cáritas Diocesana en las que analizó un tema de máxima actualidad: “Migrantes y refugiados, iconos que nos interpelan”. En su intervención habló de que es necesario construir comunidad en la que no pueden faltar los emigrantes, los refugiados, los empobrecidos, los excluidos, “tenemos que hacerles sentir que son invitados a formar parte de nuestra comunidad más cercana, más próxima”, señaló. Pinilla insistió en que para construir comunidad hay que trabajar sobre la base de tres principios: compasión, indignación y compromiso. Su exposición estuvo centra en cuatro ejes: la reflexión real del fenómeno migratorio; las aportaciones evangélicas de la Iglesia española; la realidad de los emigrantes en el momento actual,  y los testimonios humanos recogidos. El padre Pinilla reconoció que los emigrantes y refugiados “llaman a nuestra puerta por instinto de vida y ansias de libertad, estos son sus únicos delitos”. Constató que en esta aventura que emprenden “dejan atrás lo que es más querido para ellos: familia, sus gentes, sus tierras”.

Hizo hincapié en que el Estado debe regular los flujos migratorios “es necesario poner en su justa medida el acento en un problema de tanta gravedad”. Al referirse el actual Plan Nacional de Acogida acordado entre el Ministerio y diversas organizaciones sociales, señaló que se “cubren las grietas” desde el criterio de la subsidiariedad de actuaciones, ocupándose de aquellos de los que nadie quiere atender. Para ilustrarlo mostró un video elaborado por la Comisión Episcopal de Migraciones de la que es director. En el documento sonoro y visual se da cuenta del trabaja para favorecer la integración de los inmigrantes y luchar contra las actitudes xenófobas.

Acompañando a refugiados

Pasó revisión a sus experiencias personales con refugiados en los Balcanes, migrantes en la frontera de México con EEUU o las personas subsaharianas que desde Tánger pretenden llegar a Europa. Con un gran caudal gráfico ilustró las realidades de la  miseria, de la explotación y de las agresiones que sufren estas personas, a las que se les suele calificar como  “mano de obra barata” o simplemente “enemigos”. En este punto indició que desde la óptica cristina y el valor de la fraternidad debemos ver en ellos al “hermano sufriente”.