Momento Blanco, en Cope: Emaús 2018

Aquel día iban dos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén. Uno era del Madrid y otro del Barça. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos. Pero sus ojos no le reconocieron. “¿De qué discutís”, les preguntó. “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que pasa?”

Entonces comenzó el desahogo: los resultados de la Champions; el temor por las pensiones; la corrupción; el independentismo… Algunas mujeres les habían sobresaltado con la noticia del fin de los malos tratos. Pero ante la guerra interminable de Siria o la vergonzante inmigración, la esperanza se perdía como entre las vigoréxicas olas del Orzán.

Él les dijo: “¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer! ¿Acaso no hay padecimiento antes de la gloria?” Y, empezando por Moisés y continuando por los profetas, se lo explicó todo. “Quédate con nosotros”, le invitaron. Cuando se puso a la mesa con ellos, le reconocieron, pero él desapareció. El equipo de Paco Lobatón está en ello. Sin duda, se quedará.

Para muchos, este relato parece tan surrealista como la propia vida. Para unos pocos, nada será igual después de encontrar al Resucitado.

 

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 13 de abril 2018)