Momento Blanco en Cope: respirar

Una madre telefoneó a Urgencias sobre las 4 de la mañana. “Mi hijo está dormido pero hace un ruido raro al respirar”. “¿Acérquelo al teléfono, por favor, déjeme escuchar?” Con ojo clínico de Doctor por Harvard, el médico de guardia sentenció: “Es laringitis, tráigalo”. En la consulta la madre reconoció: “ahora no hace ese ruido de Darth Vader”. “Tranquila – siguió el doctor – el aire frío de la noche suele hacer desaparecer los síntomas. Pero hemos de ser precavidos; abundan las excepciones.”

I can´t breathe, “no puedo respirar”, es el lema que se extendido desde Estados Unidos, por la muerte de George Floyd. Una metáfora de la sociedad de este tiempo, asfixiada por los atentados contra el clima del planeta, por los abusos legales, por las mentiras de los “mandamases” o por la marginación de los más vulnerables. Cierto que se aprecian detalles solidarios, generosos y altruistas, pero parecen más un trallazo momentáneo de electroshock, que una pauta de mejora firme para el futuro.

Los expertos en Biblia analizan la palabra hebrea “nefesh”: en la Biblia significa “respiración” (evitar la confusión con “netflix”, plataforma de series y películas online, que compite en el mercado del oxígeno artificial que surte a quienes se conforman con la cultura de guardería…). Jesús, por ejemplo, cuando pregunta en Mt 16,26 “de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma, se refiere a esa “vida respirada”. La Iglesia recuerda que la oración conserva ese aliento divino.

Conocerse, aceptarse, superarse. Sin consejos ni victimismo. Con honestidad y responsabilidad. – ¿A qué te dedicas? – Básicamente a respirar. No gano mucho, pero me da para vivir. Uno solo, no puede.

Manuel Á. Blanco