Monseñor Barrio agradece el trabajo de los periodistas y pide colaborar a la construcción de una sociedad justa, solidaria y fraterna

El día 24 de enero la Iglesia celebra la festividad de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas y escritores católicos. En esta jornada, los profesionales de la comunicación quisieron honrar su figura con una Eucaristía en la Catedral de Santiago en la que la presidenta de la Asociación de Periodistas de Galicia (APG), María Méndez, presentó la tradicional ofrenda al Apóstol.

Esta fue acogida por el arzobispo de Santiago mons. Julián Barrio que en su homilía respondió a la oferente y a los presentes invitando a dejarse guiar por la luz de la Palabra de Dios.

En sus palabras, el prelado recordó a los periodistas que en su peregrinar van “dejando las huellas del pensamiento y de la palabra en este fenómeno cultural global, comprometidos en transmitir la verdad, con amabilidad, finura de espíritu, respeto y cordialidad”. Y añadió que su misión es un servicio a la verdad, ofreciendo a la sociedad todos los elementos que le ayuden a comprender la realidad: “Sois alfareros de la palabra que nacéis en un río propio y desembocáis en el mar de la humanidad. Y esto exige profesionalidad y responsabilidad que garantizan la objetividad, el pluralismo y la libertad, valores que avalan el periodismo como servicio a la sociedad”.

Mons. Barrio destacó también el núcleo de la ética profesional de un periodista: “El que considera verdadero lo que es falso no es libre; el que afirma lo falso, manteniéndolo como verdadero, no es leal: y se puede faltar al respeto a la verdad tanto diciendo positivamente lo que es falso, como diciendo sólo una parte de la verdad, callando intencionadamente la otra”.

En este sentido, el prelado compostelano afirmó que “la libertad es el gran desafío que la comunicación social debe afrontar siempre para conquistar espacios de suficiente autonomía y poder iluminar siempre, no sembrar la confusión y evitar lo que pueda ser dictado por el deseo de seguir modas culturales que manipulan la condición del hombre”.

El arzobispo terminó su homilía con estas palabras: “La noticia y la información no se venden como una mercancía como tampoco se vende el bien común. Vuestra profesión, siempre sacrificada, es para y por la comunidad. Que Santa María, portadora de alegría a su prima Isabel, San Francisco de Sales y el Apóstol Santiago, amigo y testigo del Señor, os acompañen a vosotros y a vuestras familias con su patrocinio”.